CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- María Fernanda Monreal Gómez es una niña de excelencia académica y aunque sus padres están orgullosos de ella, no es una sorpresa para ellos, pues sus otros cuatro hijos también han destacado en la escuela.
Sin embargo, sólo una integrante de la familia, la mayor de los cinco hijos, Jennifer Alejandra Monreal Gómez, está becada y el trámite indica que sus otros cuatro hermanos no pueden solicitar una beca aunque sus calificaciones sean excelentes.
María Fernanda, de 10 años de edad, salió de quinto año con un promedio general de 9.9; su hermana Luz Elena de 12 años siempre ha tenido 10 de promedio; su hermano menor, Ramón Matías de 8 años, terminó con 9.7 y la más chiquita es Ana Karen de 6 años, que concluyó con 9.8; pero sólo la más grande, Jennifer Alejandra, pudo obtener la beca de ITABEC con un promedio de 9.8.
“Desde que entró la más grande le tramité la beca y se la dieron, luego la segunda me sacó puro diez limpio desde niña y le tramité la beca de maestro porque yo soy maestra, pero no había formato, nunca hubo, y aquí (Ciudad Victoria) en la zona rifaron dos formatos y me gané uno, entonces metí a María Fernanda, pero nunca llegó la beca, dicen que ya no va a haber beca de maestro”, explicó la señora Lucía Gómez Hernández.
Hace tres años la familia llegó a radicar a Ciudad Victoria, salieron de San Fernando por la violencia desatada en el municipio, aquí empezaron de nueva cuenta y los niños mantuvieron sus promedios, sin embargo la economía limita sus oportunidades.
“Te das cuenta que hay niños que a veces con ocho sí están becados, ahorita la situación es muy difícil para nosotros, mi esposo está sin empleo y hace los que puede, yo estoy de maestra pero con 600 pesos quincenales no me sale ni para la gasolina, los niños pudieran estar becados pero no les dan porque ya una está becada”, platicó la señora Lucía.
María Fernanda y sus hermanos han recibido las medallas al mérito de Guadalupe Victoria, Benito Juárez y recientemente la de Rodolfo Torre Cantú.
“Es un orgullo muy grande que reciban las medallas y te pasen adelante y todo bien bonito, te das cuenta que reciben muchas medallas y muchas felicitaciones, pero no les tramitan ninguna beca o apoyo, nada más una ha podido obtener la beca, la que lleva diez limpio no se la pueden dar, se supone que hay una beca por excelencia y pues nada”, externó.
Sin embargo, esto no ha sido motivo para que bajen sus calificaciones, por el contrario, cada día se esfuerzan más para ser los mejores. Y la receta, dice la señora Lucía, es muy sencilla: los cinco hermanos terminan sus tareas y toman un libro para leer todos los días.
A María Fernanda, por ejemplo, le ha dejado un gran aprendizaje el libro “Diario de Ana Frank”, pero su favorito es “Sadako y las mil grullas de papel”, su materia favorita es matemáticas y de las actividades académicas su preferida es Reyes de Lectura.
“El trabajo de maestra es muy sacrificado, llego a preparar material para el día siguiente, realmente es el esfuerzo de ella (María Fernanda) y su papá que está pendiente de sus tareas, el extra es hacer las tareas y leer. Les digo, agarren un libro, primero se los platico y luego lo dejó ahí, van, lo agarran y se los van pasado”, dijo.
Ahora su lectura se ha visto limitada a que a consecuencia de un corto circuito que incendió parte de su domicilio, ahí la pequeña biblioteca que habían formado desde niños se perdió por completo.
“Teníamos una pequeña biblioteca, pero se quemó la casa por un corto circuito, los sillones están cubiertos porque están quemados, todos los libros, toda la papelería de los niños, actas de nacimiento, cartillas… todo se perdió”, comentó.
Aunque pidieron apoyo a las autoridades, la ayuda nunca llegó y vendiendo empanadas, tamales y ensaladas afuera de los centros comerciales, se fueron recuperando, en su hogar aún se pueden ver los estragos de aquel incendio que terminó con uno de sus mayores pasatiempos, la lectura.
Los niños Monreal Gómez son de diez, pero sus oportunidades están limitadas por ser hermanos, meros trámites que cortan sus alas al ser sólo uno el que puede obtener un estímulo.