6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

En política lo que parece, es…

Escenarios

Mientras el mundo centra su atención en las decisiones atrevidas y peligrosas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump en Medio Oriente, cada país, de cada de cada continente, lidia con sus propios avatares.

Y es así como en la mayoría de los países se sigue discutiendo la eficacia del sistema ultra liberal impuesto a raja tabla al mundo por las multinacionales, los organismos financieros internacionales y por los países más desarrollados.

Como sea, mientras la humanidad se debate entre vivir y sobrevivir, es triste reconocer que dicho sistema ha provocado y seguirá provocando inequidad, polarización del ingreso y mayor pobreza en la población más vulnerada.
 
Y lo más grave es que no se vislumbra nada nuevo ni nada bueno ni en el corto, mediano ni largo plazo que permita albergar una mínima esperanza que las cosas cambiarán para bien.

Vaya pues, con la caída del Muro de Berlín y de la Unión Soviética, en 1989 y 1991, respectivamente, la alternativa socialista como sistema político y económico de vida quedaron sepultadas por el momento.

Los sueños de alcanzar una sociedad más justa e igualitaria tendrán que esperar.

Y es así como aterrizamos en México, arrastrando los efectos de ese sistema mundial, con 50 millones de pobres y 6 o 7 en extrema pobreza, sin que nadie pueda hacer al respecto y quien diga que lo va a arreglar cuando llegue a la presidencia de la república, o es un asiduo mentiroso o está mal de la cabeza.

Reconozcamos que el sistema de libre mercado en que vivimos, es injusto, rapaz y apabullante, porque lleva implícita la ley del más fuerte, donde solo sobrevive el más apto o el más capaz.

Y mientras debatimos qué hacer y qué ruta seguir para mitigar los efectos del sistema ultra liberal, las conductas irreverentes de los políticos hacen estragos en la sociedad, porque en lugar de pensar en qué hacer y cómo hacer para que todos podamos estar mejor, no les importa ventilar sus diferencias y técnicamente, van por lo suyo.

Ahora nos toca ver a Layda Sansores protagonizar cuando entra el Jefe del Ejecutivo a la casa de los Senadores de la República. A ella no le interesa que los jóvenes ni la sociedad en general la vean y la escuchen, dirigirse con agresividad y exigir al Presidente que la escuche, aun fuera de agenda.

No, para la señora Sansores primero es demostrar que puede. Para eso usa el fuero que la ciudadanía le dio a través de la Constitución. Ella no pide, exige y hace uso de los medios para ser grabada y luego subir el video a las redes sociales para ser reconocida que se atrevió a insultar al Jefe de otro poder. No le basta hacer uso de la tribuna y verter sus opiniones sin que nadie ni nada le impida hacerlo.

Y vaya que se da vuelo, pero eso es natural porque para eso milita en la oposición.

No sobraría conminar a la Senadora a que sea más cauta, educada y serena en sus formas.

Porque aparte de todo, ya es necesario.

Uno de los aforismos de don Jesús Reyes Heroles, que más se escuchan en las mesas donde se juntan los políticos a tomar café para reflexionar, es esa que dice que “En política, lo que parece, es”.

 No confundamos qué es y para qué es la política.

Pero para insultar y hacer lo que uno quiere, no es.

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