Este, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha entrado en su recta final, en términos porcentuales le queda poco más del 20% de tiempo, menos de un año, pero en sus evaluaciones el presidente Enrique Peña Nieto festeja que lleva cumplidos el 60% de los compromisos y que llegará hasta el 97%, sería bueno reflexionar sobre cuáles serán los que entran en ese 3% que dice nos quedará a deber.
Así es mis queridos boes, cuando uno sólo ve los porcentajes pareciera que el gobierno al que se refiere el priísta Peña Nieto es uno exitoso, fuerte, ejemplo para el mundo, pero la realidad es todo lo contrario.
Por eso cuando presume que de los 266 compromisos, que por cierto firmó en campaña, lleva como el 60%, a uno se le pone la cara de ‘wuat’.
“Este Gobierno, en su sexto año, estamos avanzando en la concreción de los compromisos que hice frente a los mexicanos, los compromisos que firmé”, dijo “Y dentro de ellos no estaba la agenda de reformas estructurales que, sin duda, quizá sea de lo más importante y relevante que hayamos logrado en esta Administración”.
Serán pocos, insistió el esposo de La Gaviota, los que no se materialicen: “Al menos el 97 por ciento de los compromisos que firmé habrán de cumplirse a lo largo de 2018”.
Claro que el ‘señor de los deslices’ no detalló cuáles son esos pocos, ese pírrico 3 por ciento de los compromisos que no va a poder cumplir, pero el pueblo de México, aunque dejado, aunque torpe a la hora de elegir está bien consiente de lo que no ha cumplido, ni cumplirá Peña Nieto.
Si ese 3% de lo no cumplido son poco más de seis compromisos, pues es muy fácil enumerar para cuáles de las promesas de campaña se ha visto inútil este gobierno.
La principal, el tema de temas: la inseguridad que campea en la mayor parte de los Estados del país y que ha elevado peligrosamente la cifra de ejecutados, secuestros y extorsiones contra el pueblo al que Peña Nieto prometió proteger.
Corrupción: aquello de que llegaba el nuevo PRI con jóvenes comprometidos con la transparencia y la rendición de cuentas fue sólo un ardid electorero, porque nunca como en este gobierno se han documentado casos de corrupción y tráfico de influencias que involucran no sólo a políticos encumbrados sino a la propia familia presidencial.
Hoy, esos del nuevo PRI, los gobernadores de su generación, que vendió como la panacea para el Nuevo México el Presidente, o están prófugos o presos o bajo investigación de nexo con el narcotráfico, acusados por el descarado robo a los bienes públicos y un enriquecimiento grosero que ofende a toda la nación.
Economía, con uno de los peores sexenios en crecimiento económico, Peña Nieto dejará ese gran pendiente, porque a lo largo del sexenio la noticia constante de los secretarios de Hacienda, como el hoy candidato del PRI José Antonio Meade, fueron los ajustes en el crecimiento del PIB, el alza del dólar y demás.
Una más: el alza generalizada en gasolinas, gas, electricidad, esas que en campaña y luego tras la aprobación de la reforma energética aseguró que se abaratarían.
Sin duda, uno de los peores engaños al pueblo mexicano que vio afectados sus bolsillos una y otra vez, para terminar un sexenio con los combustibles más caros de la historia y los peores para un país rico en petróleo y gas. Una vergüenza.
Y así le pudiéramos seguir con la aplicación de la justicia, que ha sido sólo para sus enemigos y protegiendo desde su familia y amigos. Educación, con una reforma a medio aplicar. Democracia con instituciones judiciales en el tema muy cuestionadas y etcétera y más etcétera.
Pueden ser pocos los puntos en los que ha fallado el gobierno de Peña Nieto, pero evidentemente son los más importantes en un gobierno que prometía ser el parteaguas entre lo que fue el viejo PRI y la promesa que nunca llegó.
Eso sí, en sus cuentas todo es alegría, en sus cuentos ellos son los protagonistas, los héroes y el pueblo lo menos que tiene que hacer es glorificarlos por el sacrificio que han hecho por la patria… la patria hoy les está vomitando, las encuestas lo dicen.
Alcaldías en apuros…
No es novedad que a fin de año las condiciones financieras de buena parte de los ayuntamientos estén complicadas, no lo es porque generalmente a lo largo del año algunos se van en grande con los gastos y al mes 12 llegan con cero pesos y muchas deudas; era la de cada año con la mayoría de los ediles priístas en el régimen
que se fue a finales del 2016, pero se ha comenzado a repetir con muchos azules que llegaron arrastrados por los vientos de cambio.
Lo malo para los alcaldes en problemas es que la mala noticia les llega cuando al mismo tiempo los suyos y ellos en cortito hablan de reelección, no abona pues a la imagen de alguien que quiere repetir traer tras de sí a una larga fila de acreedores. Luego más detalles.
Comentarios:
meliton-garcia@hotmail.com
Twitter: @melitong