El sufragio en todos los casos no tiene por qué darse en la misma línea
Se nota el vacío de poder porque equipo de Peña está ‘encampañado’
Con tanto golpeteo de sus adversarios, ‘El Peje’ ha crecido… y de más
La Iglesia no tiene por qué meterse en política, pero nadie osa pararla
‘Deportes: compromiso compartido’, una buena propuesta de Almaraz
La definición de la contienda electoral no tiene por qué obedecer a razonamientos viscerales, porque de lo contrario el sufragio lejos de castigar al funcionario saliente o su instituto político, fustiga en lo práctico al elector quien en lo inmediato lo resiente en su propia actividad.
Ejemplos de lo anterior, podemos encontrarlos en los damnificados de las administraciones salientes en todas las entidades, donde se ha optado por escuchar los cantos de los grillos.
Si bien es cierto, que el hartazgo social lleva a la desesperación por encontrar algún mesías, que traiga palabras de esperanza y misericordia para el pobre, también cierto es que los disparates de campaña no son aplicables en el ejercicio del poder.
Y no podemos pasar por alto que, sea del color que sea, quien tome las riendas de la administración pública federal, tendrá que sujetarse a las disposiciones normativas, a los tratados internacionales y a las negociaciones propias de un mundo que vive en la conectividad.
En ese orden de ideas, el voto debe ser razonado en cada caso, ya que los candidatos presidenciales, a gobernadores, legisladores y ediles no deben ser medidos con el mismo rasero, ya que entre unos y otros hay marcadas diferencias en cuento a su quehacer político.
Cierto es que en esta ocasión los momios favorecen en mucho al mentado ‘Peje’ (Andrés Manuel López Obrador), pero no ocurre lo mismo con los abanderados de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) al Congreso de la Unión, las gubernaturas en juegos y los ayuntamientos.
Lo digo porque el tabasqueño, admítase o no, ha hecho talacha durante años y está convertido en una de las figuras políticas más polémicas de las últimas dos décadas, mientras el ejército de vivales que lo acompaña busca cobijarse en su sombra para pescar a río revuelto.
Acá en Tamaulipas, fuera del impacto que ha causado Andrés Manuel López Obrador, sólo han brillado con luz propia Américo Villarreal Anaya (candidato al Senado) y uno que otro aspirante a las 43 alcaldías en juego.
Pero el resto ninguna representación real tiene en las localidades por las que compite, hasta el grado de que la población luce indecisa en a cuanto a la emisión de su voto, no obstante que el mismo López Obrador hace llamados infructuosos para que el sufragio se todos sus candidatos se dé en el mismo sentido.
De ahí la necesidad que existe de razonar el voto.
Cortina de humo
En este proceso electoral, la dinámica motiva una fuerte polémica en la que los actores principales establecen su posición, y, sin rubor alguno, critican al adversario.
Algunos llegan incluso al cinismo, pues pretenden situarse por encima de los acontecimientos y propenden a dar lecciones de seriedad, respeto y ecuanimidad, cuando todo mundo sabe que trabajan de manera frenética en su afán de llegar a la Presidencia de la República.
Recientemente hubo fuertes críticas hacia el Presidente de México por su actitud con respecto al tema que nos ocupa, considerando irresponsable que meta mano en la sucesión presidencial, pues, según estiman algunos profesionales del análisis político, quienes se dejan seducir por el relevo sexenal causan una polarización al interior de los partidos.
El hecho está generando vacíos de poder, ya que algunos miembros del gabinete están más ocupados en operar para alentar el voto en favor de José Antonio Meade Kuribreña que en atender los asuntos inherentes a las carteras que ostenta, aunque se nota más en la Secretaría de Gobernación.
Hay un documento en poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), incluso, que refiere literalmente: ‘La sucesión presidencial ha sido utilizada para crear cortinas de humo y puestas en escena que distraen la atención de la opinión pública sobre la incapacidad para resolver de fondo los problemas que atañen al país’.
No debe olvidarse que este proceso fue adelantado y propiciado por el mismo Presidente de la República desde hace casi dos años, llegando incluso a tolerar que el despacho más importante de su administración sirviera para formalmente alentar el futurismo.
El cuestionamiento hecho al señor de Los Pinos, sin embargo, él lo elude porque de acuerdo a su propia visión, la carrera sexenal ya estaba en pleno desarrollo, ‘aun cuando la gran mayoría lo niegue’.
Sin embargo, tanto para el PRI como para el Partido Acción Nacional (PAN) y los integrantes de la administración federal, el villano favorito que tratan de sumir en el
desprestigio es Andrés Manuel López Obrador, cuya popularidad no decrece poniendo en tela de juicio las estrategias de golpeteo y linchamiento a las que acuden sus adversarios en forma reiterada.
Por el contrario, la figura del mentado ‘Peje’ se fortalece más conforme avanza la justa eleccionaria.
Ahí están las encuestas que confirman esta apreciación. Claro, pero las objetivas, que son levantadas por empresas ajenas a las contratadas por el señor de Los Pinos, el PAN y obviamente el tricolor.
Injerencia eclesiástica
En estos tiempos, cuando se requieren máxima prudencia, respeto y fortalecimiento de las instituciones, la iglesia católica, en busca de fueros pasados, emite declaraciones por demás violatorias del marco legal que la rige.
En sus homilías algunos obispos han dicho que en México asoma un clima de anarquía política, por la participación de mesiánicos en los asuntos que sólo toca ventilarlos a la autoridad electoral.
Las declaraciones realizadas por los representantes católicos, sin embargo, son harto irresponsables. Tanto que merecen al menos una aclaración por parte de la Secretaría de Gobernación, pero ésta no llega porque el presidente Enrique Peña Nieto parece temer más a ‘los representantes de Dios’ que a los cerca de 130 millones de mexicanos.
Separación con el Estado
Las relaciones Iglesia-Estado, contra lo que se piensa, hoy son tan tensas que el Clero político bien haría en recordar a sus obispos que nadie, bajo ningún argumento, se encuentra eximido del respeto y la obediencia al régimen de Derecho.
Igualmente se les debiera refrendar que los ministros de culto religioso no pueden meterse en política, y que cuando emiten mensajes apartados del quehacer religioso se exponen a ser interpretados como convocantes a la desunión y a la discordia entre los mexicanos.
También debe leérseles el inciso ‘e’ del Artículo 130 constitucional, donde se establece: ‘Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidatos, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos de culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni a agraviar de cualquier forma los símbolos patrios’.
De ahí que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en pleno, esté obligada a advertir a los obispos que no quieran ser volverse políticos, ni pretendan el poder, ni pontifiquen sobre lo que es responsabilidad específica de los seglares.
El mensaje de los sacerdotes católicos debe ser netamente religioso y plenamente humano.
Presión eclesiástica
Las declaraciones realizadas por los presbíteros no son gratuitas, pues pretenden presionar de esa manera a la autoridad para que la ley reglamentaria de cultos favorezca a la iglesia católica sobre cualquier otra religión.
Esto porque el agua ya le está llegando a los talones, debido a que las iglesias evangélicas y otro tipo de cultos crecen rápidamente en el país.
Y todo por dedicarse a cuestiones del César y no de Dios.
Pruebas sobran de su inclinación para favorecer a la derecha (o sea al PAN) y satanizar a la izquierda (léase Morena).
El ejemplo debe servir a todos aquellos que creyeron que los tiempos anteriores a la reforma del Artículo 130 habían sido superados y que la iglesia católica podría ser una institución más.
Por eso hoy vemos que sus intenciones de participar en política son claras, con la consecuente manipulación de conciencias.
¿Acaso no es esta una nueva versión del mensaje de Jesús sobre el César y Dios?
Legisladores federales panistas y perredistas, sin embargo, han apoyado la decisión de la jerarquía católica de participar en política, tomando el concepto como lo define la iglesia, pero igual advierten que deberán hacerlo dentro del marco estrictamente legal.
Otros líderes sociales, por su parte, califican de imprudentes e irresponsables a los obispos, por exhortar a la desobediencia cuando las autoridades gubernamentales se salgan del marco legal, porque esto podría llevarnos a la violencia.
La Secretaría de Gobernación, en este sentido, ya no puede seguir actuando débilmente, en la penumbra, como si no existiera, y frenar los excesos de algunos miembros de la jerarquía católica en la vida política de México, porque son peligrosos y constituyen una trasgresión al Artículo 130 constitucional.
Labor de gestoría
En Tamaulipas, son más de 45 los candidatos a diputados federales, pero hasta hoy ninguno ha explicado puntualmente a sus ‘futuros representados’ cuál sería en realidad su función en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Por ello escudriñé en mi santuario literario, de donde rescato una de las definiciones más acertadas que se le han dado a los legisladores.
Ésta corresponde al último ideólogo del Partido Revolucionario Institucional (PR), Jesús Reyes Heroles, quien plasmó en un discurso:
“Para ser un buen legislador, es indispensable ser un buen procurador de pueblos. Y para ser un buen procurador de pueblos, es indispensable alcanzar la altura de legislador.
“Un diputado se debe a la Nación, pero también se debe a su circunscripción, a su distrito.
“El diputado debe, por igual, en nuestra teoría y nuestra práctica, ser legislador, atender al interés general y ser gestor. Y que no nos asuste la palabra gestor.
“No se trata de ser tramitador de negocios, sino de algo mucho mayor; de ser procurador de pueblos, del bien de pequeñas colectividades que han confiado sus intereses a quien, representando a la Nación, representa aquello que para muchos es poco, pero grande: el pequeño beneficio colectivo, la obra común, el servicio social.
“¿Cómo puede un diputado ser auténtico legislador?
“¿Necesariamente tiene que ser jurista?
“La experiencia de los pueblos, su evolución histórica, demuestra que no. Es más, frecuentemente los legisladores más innovadores, más dispuestos a modificar el contexto en que viven, son aquellos que no están constreñidos por la prudencia que exige el saber jurídico.
“Frecuentemente, a los juristas les toca conservar, más que transformar; y a los no juristas hacer que éstos, los juristas, acoplen su espíritu de lógica formal a las ansias de transformación.
“El espíritu de moderación debe ser el del legislador, pues el bien público tiene dos límites: el del exceso y el de la falta, el de lo mucho y el de lo poco.
“Tarea dura la de llegar a ser legislador de un pueblo.
“Se requiere ser humano y, sin embargo, situarse por encima de las pasiones; aprovechar la fertilidad del pensamiento, sin ignorar la dureza de la realidad; equilibrar los intentos de innovación con los sanos propósitos de conservación; legislar para hoy y también para mañana; recoger en las leyes las realidades y hacer que las leyes sirvan para transformar las realidades.
“Equilibrio, sensibilidad, formación política y sentido de la proporción se exigen para llegar a ser un verdadero legislador.
“La ambición es móvil de la acción política; pero la ambición de buena ley, la ambición humana de servir y destacar, no de servirse y parecer”.
Corolario
Tomando en consideración las palabras del político veracruzano (qepd), insisto en que Alejandra Cárdenas Castillejos es la único candidata a diputada federal por Tamaulipas, que cumple cabalmente con la sentencia de Jesús Reyes Heroles.
Por algo el electorado responde espontáneamente a su llamado.
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