Los últimos días de gobierno de los alcaldes, la mayoría de las veces son jornadas para olvidar, tanto para ellos como para nosotros a los que se supone nos representan, nos dan servicio, porque todo comienza a fallar y en especial el interés de los casi ex presidentes municipales por cumplir el compromiso contraído, jurado incluso.
Así es mis queridos boes, basta con voltear un poco a las calles de buena parte de los municipios, sobre todo aquellos donde habrá relevo de alcaldes, para darnos cuenta de que el área de servicios públicos casi ha dejado de funcionar.
En los últimos días y en los que restan, vamos a tener muy presentes el tema de la basura, la recolección, porque las fallas iniciaron con harta anticipación y el problema se agravará en el ocaso de las administraciones.
Madero es un claro ejemplo de que algo pasó con los camiones (chinos) que se compraron al iniciar la gestión de Andrés Zorrilla, porque de pronto dejaron de pasar por amplios sectores, dejando las esquinas repletas de basura que genera focos de infección por todos lados.
Ayer de hecho decenas de colonos amenizaban con llevar sus desechos a la alcaldía de Madero, pero como un milagro, resulta que los camiones se aparecieron en los sectores con más bronca y se logró apagar un poco los ánimos encendidos.
La realidad de Madero es que las unidades envejecieron pronto, que ya no se tiene capacidad para dar el servicio al cien por ciento y que en la medida en que se va terminado la administración actual la crisis se agudizará.
El tema no es privativo de Madero, porque como ahí, ocurre que la mayoría de los alcaldes se fueron grandes con los gastos, apostando a que ganarían la reelección y tendrían tres años para arreglar, tapar, borrar, el cochinero financiero que crearon en dos años.
La realidad los alcanzó y hoy muchos no tienen para reparar los camiones de basura, no tienen para echar a andar las camionetas de servicios públicos, se gastaron por adelantado la lana para gasolina, no tienen para lámparas de repuesto y los que pagan los platos rotos son los ciudadanos.
Servicios públicos, es y ha sido el talón de Aquiles de las administraciones municipales, porque es ahí donde más se gasta y donde más se nota el desorden.
Lo que no se vale, es que los alcaldes que ya se van, bajen la cortina con una quincena, algunos más de un mes, de anticipación.
Habría que recordarles que; una juraron servir hasta el último día de su mandato y eso es el 30 de septiembre, pero además siguen cobrando, porque aunque traigan a
varios puñados de proveedores persiguiéndolos por falta de pago, para ellos la quincena y la compensación sale intacta.
Ojalá que los que se van recapaciten, reflexionen que aún están a tiempo de salir por la puerta grande, de manera digna, con la frente en alto presumiendo haber cumplido con la palabra empeñada.
Sería muy triste que la gente les recuerde salir huyendo por la puerta trasera, mientras los acreedores les persiguen por él incumplimiento.
Reitero, todavía hay chance de que los que se van se reivindiquen con el ciudadano que creyó en sus promesas y que seguramente agradecerá sus esfuerzos, porque por el
contrario, el juicio de la opinión pública para un ex alcalde puede ser demoledor.
Hace años leí una cabeza en un periódico que decía; ser alcalde dura tres años (está vez sólo fueron dos), pero la vergüenza puede durar toda la vida.
Óscar, las cuentas…
El alcalde de Victoria rindió ayer su segundo informe, el último, y si bien no fue refrendado en el cargo en la elección de julio, es justo reconocer que deja a la capital con mucho trabajo a la vista.
Tampoco puede uno ocultar, ni es el deseo, que Óscar Almaraz Smer tiene muchos detractores en las redes sociales, pero los números no mienten, los ejemplos físicos de lo que se ha hecho en el pueblo están a la vista.
Recordemos que recibió a Victoria casi sin camiones de basura, toneladas invadían las calles y en poco tiempo resolvió el problema.
Le entregaron la cuidad con una epidemia de baches impresionante y hoy es un tema del que se habla poco, porque se han pavimentado unas 500 calles.
Se iluminaron sectores que estaban en penumbras, casi termina la remodelación del 17 y muchas obras más. Insisto habrá muchos a los que no les lleno el ojo, pero creo que ha sido uno de los mejores alcaldes que en décadas tuvo Victoria y a quien por cierto Xicoténcatl González Uresti deberá superar.
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