Entre tanto barullo que se ha desatado en torno a la construcción del nuevo aeropuerto para la Ciudad de México, ya condenado a quedar inconcluso, salta el recuerdo del paisano suertudo que resultó agraciado con uno de los primeros contratos que se asignaron sin mayores trámites en el arranque de esa polémica obra.
Se trata del reynosense Rolando Barragán Cantú, hermano menor del ex alcalde priista Serapio Cantú, primo de Juan Armando Hinojosa Cantú, el contratista favorito del presidente Enrique Peña Nieto, y por mera casualidad dueño de Transportaciones y Construcciones de Tamaulipas, S.A. De C.V., una exitosa empresa beneficiada durante años por contratos multimillonarios en el sector público.
Rolando ha sido siempre un consentido de la Diosa Fortuna. Muy joven alcanzó el rango de magnate, se convirtió en uno de los constructores mas prósperos de la frontera y tan solo en el sexenio calderonista facturó más de 3 mil millones al gobierno federal. Con Peña Nieto en Presidencia, para el cuarto año ya tenía obra contratada por casi los 4 mil millones de pesos.
Hasta el 2015 Tracotamsa ejecutó obras federales solamente dentro del territorio tamaulipeco pero a finales de ese año sorprendió a sus colegas locales cuando obtuvo, sin licitación de por medio, un contrato por 608 millones de pesos para construir los caminos de acceso al nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el lago de Texcoco.
Sin embargo, ahora que el tema es puesto de moda por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, se desconoce el desenlace de la relación entre Barragán y sus compañías con el grupo empresarial que aún maneja el proyecto del NAIM, porque entre ellos siempre hubo ratos idílicos y ratos de tormenta,
Y se ignora si el paisano sigue operando como contratista en Texcoco porque en abril de 2018 sus dos empresas acreditadas – Tracotamsa e Inmobiliaria Mexicana, ambas de su propiedad-, fueron inhabilitadas en todo el territorio nacional por la Secretaría de la Función Pública mediante la circular 09/300/369/2018, misma que se hizo llegar a todas las instancias estatales y federales para su “debido acatamiento”.
Razón del veto: Tracotamsa cobró 6 millones 782 mil pesos por obras que no terminó, según la auditoría 03-2017. La compañía tamaulipeca tenía el encargo de realizar obras de impacto social en los municipios aledaños al NAICM como la pavimentación de calles y techumbres en escuelas. De 81 calles comprometidas solo cumplió con 64,
por eso el castigo.
La inhabilitación data del 10 de abril del 2018 y no se sabe si Rolando pagó la multa que le exigieron como condición para levantarle la penalización.
Pero los líos de Tracotamsa en el NAIM no son únicamente del año actual. A fines del 2017 Cantu Barragán se había querellado contra su contratante, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, en demanda de la rescisión del contrato y el pago de 4 millones.
Nunca explicó las causas de su demanda y el contenido completo de sus reclamaciones se mantuvo bajo reserva por decisión de las autoridades pero todo hace suponer que se medio arreglaron y siguieron jalando hasta abril del año actual, cuando le dictaron la inhabilitación.
En este momento en que parece irse a pique el proyecto del Nuevo Aeropuerto se ignora si siguen participando en el mega negocio Tracotamsa y su influyente dueño, el primo del amigo del Presidente..
Por lo tanto ignoramos si votó en favor del NAIM… o desilusionado sufragó por Toluca y la Base Aérea de Santa Lucía.
De todas maneras, Rolando no suda ni se acongoja. Contratos y lana le siguen sobrando.