En el inicio de la cuenta regresiva para el final de su sexenio, Enrique Peña Nieto, aseguró que ha cumplido con el 97 por ciento de sus compromisos firmados en campaña allá por el 2012; como si todos en este país fuéramos estúpidos.
Así es mis queridos boes, Peña Nieto dijo ayer en Jalisco, donde por cierto ‘inauguro’ el tren rápido que no funcionará hasta en unos 5 meses (¿quién es el estúpido?), que había logrado 257 de los 266 compromisos que firmó ante notario público en su campaña.
Obviamente es otra vil mentira del priista que pasará a la historia tal vez como uno de los peores presidentes que haya tenido México, porque solo acá en Tamaulipas y de bote pronto le puedo señalar tres que ni sus luces: la segunda línea del acueducto de Ciudad Victoria, las obras hidráulicas para evitar inundaciones en el sur y el Puerto Matamoros.
Pero no vamos a pedirle que cambie y deje mentir cuando le quedan 9 días para largase de Los Pinos y del poder, porque a estas alturas una, dos, mil o un millón de mentadas al esposo de La Gaviota le debe dar igual.
Claro que en su cabecita, no se si hueca, pero si con rasgos megalómanos, no cabe la realidad en la que deja a una nación que pese a tanta desgracia se aferra a la vida.
EPN deja a un país sumido en la peor crisis de violencia de todos los tiempos, con un promedio de 80 ejecuciones al día, muy por encima de lo que nos ocurría con Felipe Calderón.
En su gobierno, los grupos armados se multiplicaron por el país, aparecieron las autodefensas que terminaron convertidas en una especie de cárteles de la delincuencia y se institucionalizó el delito del guachicol.
Pero además, con Peña Nieto, el que presumía ser protagonista del nuevo PRI, se duplicó uno de los principales flagelos contra el pueblo mexicano: el secuestro.
Cifras oficiales indican que con Felipe Calderón fueron secuéstralas en México 7 mil 524 personas, mientras que con el ‘orondo’ Peña Nieto la cuenta hasta octubre de
este año ya iban 11 mil 769.
Si, la principal industria que se desarrolló en el México de Peña Nieto fue la del secuestro, que para hace casi un mes ya había crecido en su sexenio 56 por ciento.
La cifra indica que todos los días durante la administración del priista se cometieron en promedio más de 6 secuestros, muchos de ellos con finales fatales para sus víctimas.
Pero cuando no se tiene vergüenza no es posible conectar la cabeza con la realidad, mucho menos conectarse con el dolor y la tragedia de las familias de los secuestrados o asesinados.
Pero no son los únicos números que se calla Peña Nieto, porque además de sumir al país en un baño de sangre, deja a casi toda la nación con los bolsillos vacíos, endeudados o viviendo en condiciones paupérrimas.
No dice por ejemplo que cuando entró, el dólar costaba 12.93 centavos por peso y que ahora raya en los 21 pesos; casi el 50 por ciento más.
Claro que tampoco que la gasolina Magna, la que más se consume en este país, pasó de 10.8 pesos a más de 21 pesos en buena parte del país, pero que en promedio subió cerca del 80 por ciento. Una mentada superior siendo México uno de los principales productores de petróleo del mundo.
Claro que mucho menos va a enumerar que en su mandato la corrupción llegó hasta Los Pinos y que tuvo la desfachatez hasta de declarar que se trataba de un mal cultural, como si todos fuéramos corruptos por naturaleza.
Y tampoco va a decir que la figura presidencial en su sexenio ha sufrido la peor devaluación y que por sus yerros un 80 por ciento le reprueba y que casi de manera unánime ha sido tomado como referencia cuando se trata de ejemplificar a un ‘tonto’ (pendejo se excusa muy fuerte).
¿Qué seríamos los mexicanos que no votamos por el candidato de Peña Nieto ante un gobierno como el de él, que en sus números dice haber cumplido el 97 por ciento de los compromisos adquiridos?, claro unos más agradecidos.
No se da cuenta o no quiere aceptar que por el desastre de administración que encabezó el PRI casi desaparece en el país. No entiende que en julio pasado México o la mayoría al menos de los que fuimos a votar, lo hizo encabronado, con sed de venganza, con más coraje que reflexión.
Y lo peor, a Peña Nieto no le va a pasar nada, ha sido de antemano amnistiado por el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien prefiere asumir el altísimo costo político que le pudiera significar encubrir el cochinero que le dejan y que tiene ofendido a casi todo el pueblo que a partir del 1 de diciembre va a gobernar.
El plan de seguridad…
El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca encabezó ayer la reunión en la que estuvieron en Tampico representantes de 30 mesas de seguridad del país y personalidades como Alejandro Martí de México SOS y ante quienes reveló la preocupación sobre la estrategia de seguridad del gobierno viene.
“nos preocupa, porque se habla de una Guardia Nacional, sin embargo, en esta nueva estrategia no se habla de cómo fortalecer a las policías estatales, apenas hoy se habló del sistema penitenciario que tiene serios problemas y que se tiene que atender, no se habla de la procuración de justicia y tampoco de las armas”, dijo
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