A la muy intensa polémica por el cierre de la Hidalgo, se suma un nuevo capítulo que presagia más encontronazos entre los comerciantes del sector y el gobierno municipal, a los que ahora parece dividirlos mucho más que una calle.
Pese a las peticiones de los empresarios, el Ayuntamiento decidió que la peatonalización no se detiene y este mismo sábado dejará de permitirse el paso de los vehículos.
En medio del debate, la explicación del alcalde pone sobre la mesa un término poco conocido por quienes no son expertos en el tema, por lo que seguramente obligó a muchos a recurrir a google para poder analizar los argumentos de la autoridad.
El proyecto de la Hidalgo Peatonal está fundamentado en el “urbanismo táctico”, una corriente que en resumidas cuentas busca generar cambios importantes en las ciudades, con acciones menores, y sobre todo que no representen grandes costos.
Primera conclusión: a la calle no se le van a invertir grandes cantidades de dinero, si acaso se utilizarán macetas o arbotantes para impedir el paso de los automóviles.
La revista archdaily mx explica a los interesados, que el urbanismo táctico “se trata de una propuesta que, por medio de vistosas intervenciones temporales, busca detonar cambios en la vida urbana”.
Hasta ahí todo bien, pero la publicación especializada cuestiona esta tendencia que está en boga en las grandes capitales del mundo: “Resulta cuestionable, e incluso iluso, pensar que la solución a los problemas relativos al espacio público, los conflictos de movilidad o la necesidad de servicios y equipamiento en las ciudades latinoamericanas se puedan resolver mediante la pintura de un pavimento, asientos de pálet o un manual con instrucciones de aplicación”.
Así, la apuesta del alcalde representa una coyuntura que muy rápido permitirá determinar si fue una buena idea, o terminó por empeorar la crisis de un sector que en algún momento fue emblemático para la capital del estado.
Si se agudizan las pérdidas de los comerciantes por la falta de clientes, el desorden causado por el ambulantaje y se multiplican los congestionamientos viales, se habrá consumado el debut y despedida del urbanismo táctico en Victoria.
En todo caso, la decisión recaerá en manos de una ciudadanía que hace tiempo empezó a alejarse de la calle Hidalgo por muchas razones, pero sobre todo por la falta de interés de los propietarios por modernizar sus sistemas de venta, embellecer sus locales, y mejorar la atención a los clientes.
Sobre las formas de lo que ya parece un pleito casado, se destaca que el cierre ya no será solamente durante unas semanas como había ofrecido el alcalde por petición de la Canaco, sino por tiempo indefinido, incluida la temporada decembrina que tanto esperan los negocios del centro.
Parece que la relación entre autoridad e iniciativa privada está rota, y eso, lamentablemente no lo repara ninguna corriente de urbanismo.