Ni populismo, ni socialismo, ni comunismo. ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR tomó protesta como Presidente de México, y dejó muy claro de dónde viene y a dónde va.
Su discurso fue fuerte y definió lo que habrá de venir, su respeto y admiración por el México post revolucionario que surgió tras la lucha armada que costó miles de vidas.
ANDRÉS MANUEL fue presidente del PRI en Tabasco y perteneció a una ola de políticos forjados en la ideología del nacionalismo revolucionario que se fueron a la disidencia en 1971 cuando JAVIER GARCÍA PANIAGUA no fue favorecido con la designación de JOSÉ LÓPEZ PORTILLO a la Presidencia de México después de que la moneda mexicana tuviese una devaluación del más del 500% en torno al dólar.
Por ello LÓPEZ PORTILLO consideró que la mejor opción para recuperar el rumbo era el naciente grupo de los llamados tecnócratas educados en las mejores universidades en el extranjero y fue así como tomó la decisión de que su sucesor sería MIGUEL DE LA MADRID, con quien el país sufrió una devaluación de 1500% y vivió una de las crisis más grandes de su historia.
En 1988 MIGUEL DE LA MADRID decide que CARLOS SALINAS DE GORTARI sea su sucesor, lo cual trae el quiebre total del PRI y salen figuras emblemáticas como PORFIRIO MUÑOZ LEDO y CUAUHTÉMOC CÁRDENAS.
A esto se le añaden figuras de locales de menor calado, entre ellos ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quien por su juventud se convierte en el heredero de estos luchadores del Mexico post revolucionario.
ANDRÉS MANUEL ve con nostalgia el México que se nos fue, el México donde las políticas de un mercado cerrado le devuelvan el esplendor y su autosuficiencia sin depender del resto del mundo.
Hay muchos que dudan que hará lo que lo que dijo pero no se han dado cuenta que el proyecto de vida de ANDRÉS MANUEL es la Presidencia de México y hará lo que tenga que hacer, le pese a quien le pese, y estará dispuesto a pagar el precio de sus deseos por costoso que éste sea.