Peña Nieto, en su mensaje de despedida, dibujó un país de telenovela
La acción prioritaria de López Obrador es diseñar el paquete económico
Es previsible que el presupuesto del 2019 sea mayor al ejercido este año
No hay de dónde sacar tanto dinero sin sangrar más a los contribuyentes
El gobernador de Tamaulipas gestiona mayores recursos para el estado
En su despedida como Presidente Constitucional de México, Enrique Peña Nieto aseguró que deja un país moderno y estable económicamente; unido y transformado; en paz y con plena libertad de expresión.
¡Zambomba¡
¿Acaso al momento de redactar su perorata, ninguno de sus asesores fue capaz de advertirle que existe un claro retroceso, crisis, desintegración y proclividad a la censura?
¿Que nuestro pueblo está lastimado y denigrado el quehacer público a causa de sus malas decisiones?
Lo peor del caso, es que con este mensaje baladí el hoy ex presidente trató de eximir sus culpas por las inviables reformas en materia hacendaria, energética y educativa, con que según él pretendía sacarnos del atolladero, aunque siempre respondiendo a las indicaciones de sus socios capitalistas.
Ya se fue, afortunadamente.
Y con él toda una caterva de funcionarios abusivos, codiciosos, avaros, políticos perversos y hasta plumas glúteo expedito que le festejaban cuanta ocurrencia le brotaba.
Hay quien me lo sostiene y me lo prueba –sin que suene a albur–, tan sólo refiriendo que durante su mandato el índice inflacionario en promedio, alcanzó el 3.88 por ciento anual; creció drásticamente la cifra de víctimas a causa de la inseguridad –se habla de casi 300 mil asesinados y más de 50 mil desaparecidos y cerca de 500 mil deslazados–; casi medio centenar de periodistas fueron ultimados y el poder adquisitivo del peso, prácticamente, se pulverizó, dada su paridad frente al dólar y por los infames gasolinazos.
Con el mexiquense al frente del Poder Ejecutivo también firmaron acta de defunción (y hasta eso para bien) los partidos Acción Nacional (PAN), el Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD), para cederle un espacio privilegiado al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), cuyo jerarca, sin embargo, no sabe qué hacer como ‘gobierno’.
Es, al menos, parte de la herencia que deja Peña Nieto,
Pero él dibuja otro panorama.
Bonito y de certidumbre, porque así se lo han hecho creer sus hasta la víspera ‘sopla nucas’.
De ahí el título de esta colaboración: ‘terrnurita’… aunque de inocente, Quique no tiene nada y sí, de perversidad, está hasta las trancas.
Impacto estatal
Hace días en la mesa de diálogo que atinadamente dirige Clemente Castro González –donde coincido con los periodistas Carlos López Arriaga y Azahel Jaramillo–, se abordó el tema de qué nos queda a deber Enrique Peña Nieto a los tamaulipecos.
En lo personal comenté que nada, pues él jamás vino a ofrecer nada y lo peor del caso es que a lo largo su régimen sexenal jamás pisó las tierras de nuestra entidad –salvo en dos ocasiones, cuando en el aeropuerto de Tampico estuvo pocos minutos en su tránsito hacia San Luis Potosí–, pero, me aclararon mis condiscípulos, en su campaña se comprometió a echar a andar el proyecto del acuaférico (dos) de Ciudad Victoria.
Obviamente no cumplió.
Como tampoco hizo nada para combatir la inseguridad, aun cuando el ejército patrulló los caminos estatales bajo ‘la coordinación’ de Miguel Ángel Osorio Chong (entonces secretario de Gobernación) y de Alfonso Navarrete Prida, quien fuera encargado del enlace entre el señor de Los Pinos y el gobernador y luego nombrado sustituto del mentado ‘Chino’.
Y eso que Tamaulipas desde entonces ocupa el deshonroso primer lugar en ejecuciones, levantones, secuestros, extorsión, ‘cobro de piso’ y otros ilícitos que por miopía o desinterés jamás contempló el segundo marido de la tal ‘Gaviota’.
Por eso y más el perdón que pide Peña Nieto a nuestros paisanos no encuentra eco.
Tiempos de cambio
En la víspera, Andrés Manuel López Obrador fue investido con el Bando Presidencial, luego de durante tres décadas haber sido candidato a la gubernatura de Tabasco (en dos ocasiones), a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México (que ganó en el 2000) y tres veces a la Presidencia de la República.
En su tierra natal, Salvador Neme Castillo y Roberto Madrazo Pintado (ambos priistas) lo hicieron morder polvo –1988 y 1994, respectivamente–, y en la elección federal sucumbió en el 2006 y 2012 ante Felipe Calderón Hinojosa (PAN) y Enrique Peña Nieto (PRI), impugnando ambos procesos por consideraros fraudulentos.
Tras cada derrota, por cierto, escribió un libro.
En su inicio político-partidista militó en el tricolor, del cual fue dirigente estatal en el llamado edén del sureste.
‘El Peje’ fue adoctrinado por uno de los últimos ideólogos del tricolor, Enrique González Pedrero, aunque antes se sumó al proyecto del poeta Carlos Pellicer Cámara, abrevando en ambos su identidad progresista.
Otra de sus inspiradores fue la escritora Julieta Campos de la Torre.
Con los tres signó acuerdos para rescatar, primero, la zona chontalpa (ubicada en su natal Tabasco), y desde ahí extender su influencia a toda la comarca olmeca. Pero en su entonces partido le jugaron ‘la contras’, por lo que en 1977 se sumó a la Corriente Crítica priista encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien fuera el primer Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.
Y fue, precisamente, el punto de partida para apoderarse del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero una asonada interna acabó con su influencia tras dejar la dirigencia. De ahí empezó a gestar el nacimiento de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que como marca política ha resultado todo un fenómeno.
Analogía
A lo largo de tres décadas Andrés Manuel López Obrador acarició el sueño de convertirse en un líder nacional para establecer la cuarta transformación del país, según él. Y en la víspera, logró su propósito al ser investido como jefe del Poder Ejecutivo Federal.
Obviamente, tuvo que sortear obstáculos, como fueron investigaciones estrictas acerca del origen de su patrimonio y acciones de corrupción, pero, al final de cuentas, no hubo quien pudiera probarle estar inmerso en juegos ilegales.
Así lo cacarean él y sus panegiristas.
Ciertamente su acceso al poder presidencial incomoda a los grupos de interés contrarios a quienes, todavía, lo consideran ‘un peligro para México’ y por conveniencia, se suman en favor suyo.
De ahí que lo que hoy establezca el mentado ‘Peje’ sea en el futuro un galimatías
El más viejo
Desde que se iniciaron los regímenes presidenciales de seis años (1934), con la llegada de Lázaro Cárdenas del Río, y hasta la fecha inclusive, el mandatario más joven (al tomar posesión del cargo) fue precisamente el michoacano –contaba con 39 años de edad–, y el más viejo, es Andrés Manuel, quien acaba de cumplir 65 años.
Sus antecesores contaban con 43 abriles (Manuel Ávila Camacho), 43 (Miguel Alemán Valdés), 62 (Adolfo Ruiz Cortines, 48 (Adolfo López Mateos, 54 (Gustavo Díaz Ordaz), 48 (Luis Echeverría Álvarez), 56 (José López Portillo, 48 (Miguel de la Madrid Hurtado), 40 (Carlos Salinas de Gortari), 43 (Ernesto Zedillo Ponce de León), 58 (Vicente Fox Quesada), 44 (Felipe Calderón Hinojosa) y 46 (Enrique Peña Nieto).
Considerando todos los regímenes desde la gesta revolucionaria, en que fue instaurado el principio de la no reelección, López Obrador ocupa la posición sexagésima octava.
Lo que viene
Por disposición constitucional, la prioridad de López Obrador es diseñar el paquete económico del 2019 –debe entregar su propuesta de iniciativa a la Cámara de Diputados a más tardar el próximo día 15–, que incluye la Ley de Ingresos de la Federación y el Presupuesto de Egresos federal, que en 2018 alcanzó (éste) los 5 billones 279 mil 667 millones.
Anticipo que el monto será mayor para el 2019, ya que además de los rubros establecidos el nuevo Presidente se comprometió a poner en marcha programas como: a) Apoyos a los jóvenes que no trabajan ni estudian; b) Pensiones más elevadas para los adultos mayores y la integración de miles más; c) Inversión para infraestructura como el Tren Maya, el Istmo de Tehuantepec, la modernización del aeropuerto de Santa Lucía y la construcción de una refinería en Tabasco; y d)
La descentralización de las secretarías y dependencias federales.
Eso costará mucho dinero y no se vislumbra de dónde va a sacarlo sin necesidad de sangrar más a los contribuyentes cautivos.
A esto hay que agregarle una reforma fiscal para reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en la frontera norte del país (del 16 al 8 por ciento), la reducción del Impuesto Sobre la Renta (ISR) también en la frontera (del 33 al 20 por ciento) y otros gastos.
En fin, en la víspera, según López Obrador, inició la cuarta transformación de México –considerando las gestas independentista, la reforma y el movimiento revolucionario–, pero, por lo que veo, ésta conlleva actitudes autoritarias que incluso atentan contra la soberanía de los estados y municipios, aparte contra la autonomía de los poderes Legislativo y Judicial.
Bajo el pretexto de acabar con la corrupción, el mentado ‘Peje’ está decidido a intervenir en los asuntos que no le incumben constitucionalmente, como es disponer a su libre arbitrio de cómo, cuándo, dónde y por qué aplicar el presupuesto que le sea asignado a las entidades federativas y los municipios.
Un dato más: la cuarta transformación a que se refiere, incluye: 1) El rescate al campo; 2) Reducir la desigualdad social; 3) Tener una auténtica democracia; 4) Juzgar al Presidente en funciones por delitos de corrupción y 5) Establecer un auténtico Estado de Derecho, en el entendido de que al margen de la ley, nada. Y por encima de la ley, nadie.
Presupuesto estatal
El gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca se ha reunido en varias ocasiones con los diputados federales tamaulipecos para tratar el asunto presupuestal del 2019.
Y hasta donde observo a Tamaulipas le irá bien
Esto significa que el año próximo aquí se ejercerían (más/menos) 53 mil millones de pesos, concentrando los ingresos de participaciones y aportaciones federales.
Empero, esto es, hasta hoy, sólo teoría.
De ahí la necesidad que tienen los legisladores de cabildear entre sus homólogos personalmente, para, así, convencerlos defender los recursos que por su misma aportación al país amerita Tamaulipas, bajo el entendido de que nuestra entidad genera, al menos, el 14 por ciento del ingreso nacional por cobro de impuestos.
En esto mucho tiene qué ver la voluntad de los diputados, aunque sé que las negociaciones serían ríspidas, pero necesarias ya en la práctica.
¡Ah!, pero de que habrá entendimiento, delo por descontado, pues si algo distingue al jefe del Ejecutivo estatal es precisamente saber esperar el momento oportuno para convencer al Poder Legislativo de que sólo operando juntos Tamaulipas podría salir de la crisis.
Aquelarre cameral
A partir de mañana, el Palacio Legislativo de San Lázaro sería escenario de un desacuerdo entre los operadores de López Obrador y la mayoría de las fracciones
parlamentarias, por el proyecto del paquete económico para el ejercicio fiscal 2019.
Pero el pleito también pegaría fuerte en las instituciones.
De ahí que los actores principales de esa escaramuza se apresten a desacreditarse mutuamente de cara a la sociedad –que hoy es presa de la confusión–, pues en el fondo, más que defender los intereses sociales ambas partes procurarían, en sus negociaciones, salir lo menos (posible) lastimados en la repartición de los dineros.
Y esto no es cuento, sino la esencia del conflicto.
Por tanto, el problema central se volvería crónico en las próximas dos semanas, poniendo en grave riesgo el proyecto económico del país.
No obstante el nuevo mandatario, quien también acostumbra practicar un doble juego, sostiene que los valores de la democracia y de respeto a la ley y al orden son fundamento para una sana convivencia política, pese a todos los desafíos e incertidumbres que pudieran entrañar pues, justifica, ‘siempre ha procurado los principios republicanos’.
Como fuere, la Federación y asociados se preparan a dar la batalla legal en defensa del paquete económico, frente a lo que pudiera acordar la mayoría del pleno cameral, si acaso le fuera adverso el veredicto.
En tal sentido, entonces, al tabasqueño todavía le quedarían dos vías para sacar avante su proyecto:
1) La figura legal del veto, que según constitucionalistas, ahora no procede, en tanto que éste se aplica sólo cuando se trate de una resolución que haya tomado el Congreso de la Unión… y no es el caso; o
2) La controversia constitucional, que tendría que promoverla el mismo jefe del Ejecutivo federal ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ahondando así la lucha entre poderes, pero sin posibilidades de salir airoso del pleito, a menos que los magistrados atentaran contra la Carta Magna que tanto dicen defender.
De este modo hoy nos encontramos ante la encrucijada de refrendar el Estado de Derecho o de arrastrar al país hacia escenarios indeseables porque de por sí la crisis económica fuerte nos golpea a todos.
En fin, antes del día 25 del mes en curso, en el Palacio Legislativo de San Lázaro debe aprobarse el Presupuesto de Egresos del 2019.
Con todo y el ajuste administrativo que se hará al Gobierno Federal.
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