En una de sus conferencias matutinas, el presidente López Obrador contestó la queja de personal del servicio diplomático sobre la baja en salarios y prestaciones en el exterior, con un argumento de largo plazo: habrá personas que sí trabajen con los nuevos salarios.
Ahí se localiza una buena parte de la explicación oculta sobre la política salarial a la baja: propiciar un relevo de servicio civil con funcionarios comprometidos con la vocación de trabajar por poco. Los únicos con posibilidad de aceptar salarios bajos, serán los seguidores de López Obrador que vendrían de salarios más bajos y el ajuste sería, en la lógica económica, un ascenso con mejor paga.
La nueva burocracia lopezobradorista construiría, como lo hicieron priistas y panistas en su momento, una clase burocrática con nuevos valores de servicio y de permanencia en el poder.
No garantiza, eso sí, una mejor burocracia, pero sí una realmente comprometida con el discurso del nuevo jefe en Palacio Nacional.
La nueva burocracia chaira estaría en la lógica de la definición dada por el Diccionario del Español de México de El Colegio de México al concepto chairo: “persona que defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha, pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”.
Sin llegar al fondo y como pretexto para relevo de burocracia, el presidente Vicente Fox instauró el servicio civil de carrera para profesionalizar los cargos y establecer una relación directa entre el mercado educativo de capacitación profesional y el mercado de trabajo en el sector público. Al asegurar permanencia en cargos por capacidad, el funcionamiento del Estado habría de ser mejor. A lo mejor sin saberlo, esa propuesta daba un paso adelante a uno de los problemas de la burocracia priista mexicana y por tanto de la corrupción; el Estado patrimonialista, un concepto acuñado por Max Weber como forma de liderazgo y dominación.
Para México, Octavio Paz, en una carta escrita al historiador trotskista Adolfo Gilly en 1972, centró el problema de la corrupción justamente en el Estado patrimonialista; la burocracia se apropió de las estructuras del Estado y no fue una casta al servicio de la sociedad. El modelo comparado que usó Paz fue el de las dinastías chinas y la contratación de letrados para operar las funciones del aparato de poder ya con relaciones con la sociedad. La nueva casta burocrática se apoderó de la estructura como reflejo del dominio dinástico sobre el poder civil.
Peter Smith, en Los laberintos del poder, estableció la ruta para acceder a los cargos públicos y a funciones de servicio civil y ahí encontró, al revisar miles de biografías de políticos y funcionarios, que el único camino para acceder a posiciones estatales era inscribirse al PRI y adherirse a un grupo político.
Las República Chaira de la 4T está en un proceso apresurado de relevo de funcionarios y políticos para echar a los priistas y panistas y consolidar a los morenistas. Por las circunstancias de haber vivido toda su vida política en la disidencia mal pagada, los salarios bajos del ciclo lopezobradoristas son mayores. La tentación del salario público la mostró el largo periodo perredista en las delegaciones-alcaldías del DF-CDMX con el manejo irresponsable y sin limites de presupuestos para contratación de compañeros de sector y de partido.
Los puestos de miles de funcionarios que renunciaron a sus cargos al anunciarse el periodo de austeridad juarista han comenzado a ser ocupados por militantes de Morena. El efecto será multiplicador porque el siguiente paso seria la toma del control de los sindicatos del sector público olvidados por el PRI y por el PAN y deteriorados por la burocracia sindical tradicional. A López Obrador y Morena le ha ayudado el hecho de que los sindicatos de trabajadores al servicio del Estado fueron anulados como instancias de representación proletaria. Si el lopezobradorismo se apropia de esos sindicatos, la profundización del relevo de funcionarios y mandos burocráticos medios y bajos ayudará a la construcción de una burocracia chaira a favor de una república chaira.
El gato político-burocrático-proletario encerrado en la austeridad juarista estaría buscando un relevo de cientos de miles de funcionarios profesionales que lamentablemente fueron educados políticamente para oscilar entre el PRI y el PAN y que por la vía salarial estarían siendo expulsados del paraíso terrenal de la casta burocrática que perdió el apoyo social por sus comportamientos de casta privilegiada.
La capacidad operativa de la nueva casta morenista comienza a percibirse con los miles de errores en el funcionamiento del Estado, algunos de los cuales ya metieron en problemas a López Obrador: los bonos buitre del aeropuerto de Texcoco, los subsidios a universidades, la cancelación de la autonomía universitaria y muchos otros que no se conocen.
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