* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
El fin de semana anterior el supremo gobierno denunció lo que considera enorme fraude en SEDESOL. Mayor, asegura, que “la gran estafa”, ésta última donde la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades contabilizadas alrededor de los 3 mil millones de pesos, centavos más, centavos menos.
Al parecer en dicha dependencia “se despacharon con la cuchara grande” durante los anteriores tres sexenios, lapso en el cual desfilaron como titulares, algunos de los políticos más polémicos de los últimos tiempos.
En dicha relación aparecen: Ernesto Cordero y Josefina Vázquez Mota. Y desde luego, Rosario Robles Berlanga, José Antonio Meade y Luis Miranda Nava.
Y aunque AMLO ha dicho que no se perseguirá a “chivos expiatorios”, todo indica que los personajes mencionados, cuando menos servirán para combatir la corrupción al más alto nivel. Si es que se combate, si no, psss no.
Y es que López Obrador insiste en que “si el pueblo lo pide”, serán investigados y castigados no los ex funcionarios menores, sino los meros responsables, que no son otros que Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
AMLO asegura por otra parte, que las denuncias primeras ya se encuentran en manos de la Fiscalía federal y que en tiempo no lejano las hará llegar a la opinión pública. Eso esperamos.
En este sentido, no todos estamos de acuerdo en el “borrón y cuenta nueva”, es decir, en la impunidad hacia los responsables del saqueo de que ha sido víctima la república. Y donde existen nombres, apelativos y cuantiosas fortunas obtenidas a la sombra del poder.
Y ni modo que sea invento.
De resultar cierto que ahora sí “se investigará hasta las últimas consecuencias”, estaríamos ante otro escándalo de orden político, que de alguna manera servirá para contener el activismo, sobre todo de Fox y Calderón, contra AMLO.
La acusación simple es que los recursos de SEDESOL no llegaban a quienes estaban destinados, por lo que se intuye que fueron a parar a cuentas privadas, utilizados en campañas del PAN y PRI, o para privilegiar negocios familiares o de grupos de interés, por decir lo menos.
Usted dirá que los ex titulares de SEDESOL estarán en la obligación de responder, no en forma mediática como suelen hacerlo con solo pagar el tiempo y espacio requerido, (además de las voces y líneas ágata, de “analistas”, columnistas y lectores de noticias a modo), sino ante la Fiscalía que suponemos, estará dispuesta a defender el patrimonio social. (“¿Entonces, pa’ que chingaos juimos a votar?”, dirá el ranchero.
“LOS PINTOS” DE MORENA
Mientras tanto, la presencia del senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán aumenta la confusión que existe hacia el interior de MORENA- Tamaulipas.
En realidad no se sabe en calidad de que viene. Para empezar se autonombra “coordinador” de las campañas que habrá de realizar su partido en pos del congreso local.
No es muy claro, digo, si es personero de Ricardo Monreal Ávila (de quien es suplente en el senado), si trae la representación de la lideresa Yeidckol Polevnsky quien no acaba de digerir al primero. ¿Acaso es un infiltrado de Porfirio Muñoz Ledo del cual fue secretario privado?.
Tal vez Alejandro Rojas llega solo a ensayar lo aprendido al lado de Manuel Camacho Solís y de Marcelo Ebrard a quienes acompañó en la fundación del Partido Centro Democrático cuya duración apenas fue de un año (1999-2000).
¿Qué tal y que viene a cumplir encomiendas de su amigo Miguel Ángel Mancera, como lo hiciera siendo diputado, en la elaboración de la nueva constitución de la CDMX?.
Sea como fuere, es evidente que Alejandro Rojas Díaz Durán no sabe lo que sucede hacia el interior de MORENA-Tamaulipas. Como quien dice, se quedó atascado en las imágenes del pasado julio.
El acrisolado optimismo que recorriera las redes días antes de su arribo, muestra no ingenuidad, sino ignorancia no propia de alguien que presume estudios de ciencia política, filosofía y periodismo. Y de haber escrito cuando menos cuatro libros, todos relacionados con la CDMX.
Cual si jamás hubiera salido de la atormentada capital de la república.
Rojas Díaz Durán no sabe que en Tamaulipas MORENA carece de infraestructura, (lo cual parece ser una de las 20 mil cosas que importan pura progenitora al “líder” José Antonio Leal Doria, ni siquiera porque tiene pretensiones de “llegarle” a un cargo de elección).
También ignora que como en otras partes del país, MORENA está plagado de aventureros y gambusinos que de la noche a la mañana quedaron a la deriva, justo porque les ganó su ambición personal al grado de matar a “la gallina de los huevos de oro”. (Eso de “huevos de oro”, dicho sea sin alusión a quienes se dedican a la política y que por ello pudieran sentirse ofendidos, aunque no avergonzados).
Pero hay más: En llegandito, Alejandro Rojas se encerró con algunos “distinguidos” morenistas, (o aspirantes a serlo), donde por supuesto, de lo tratado poco o nada, nadita de nada se supo, salvo la aparición de algunos fantasmas insepultos.
Pssst, pssst, Oscar Luebbert, Jaime Rodríguez, Javier Villarreal, Eliseo Castillo, ahí les hablan.
Dichas apariciones como curiosidad aplica, pero en realidad importa menos que un cacahuate. Tal cual sucede con el recién creado “Frente Amplio” que ni es frente ni es amplio, sino singular nido de oportunistas bien identificados.
Y hasta la próxima.