La masiva aparición de priístas en el evento de Morena del fin de semana, puso en evidencia las nuevas dinámicas de la política tamaulipeca, pero por sobre todas las cosas dejó en el aire un par de interrogantes:
La primera, que debe estar pasando por la cabeza de muchos simpatizantes de Morena, es hasta dónde resulta conveniente que su partido se apoye en esos cuadros priístas que aunque tengan o digan tener harta experiencia en la operación electoral, también cargan inevitablemente con el tufo a corrupción del partido más repudiado por la sociedad tamaulipeca en las últimas elecciones.
Pero no es sólo la imagen de su ex partido la que podría condenarlos, muchos de quienes se apersonaron el sábado en la convención morenista, tienen más de una mancha en su curriculum que seguramente será explotada en la contienda.
La otra duda es cómo van a hacer Alejandro Rojas y sus operadores para apaciguar a los cuadros morenistas que se la jugaron con el partido en la época de vacas flacas, pero que en honor a la verdad no fueron capaces de hacerlo crecer.
No será sencillo encontrar un equilibrio entre esas dos fuerzas que el mismo sábado se enfrentaron: los fundadores del partido contra quienes consideran una pandilla de advenedizos.
Esa lucha intestina apenas comienza y podría ser mucho más que un dolor de cabeza para Morena.
Por otro lado, lo del fin de semana también sirve para confirmar el papel meramente testimonial que fungirá el PRI en la próxima elección.
La nueva desbandada sume al tricolor en un nivel aún más bajo de la crisis que arrastra desde el 2016.
Además, así lo confirman los perfiles de quienes representarán a ese partido en las boletas el 2 de junio.
Un análisis sencillo de cada nombre arroja una conclusión que parece obvia: los candidatos del PRI se van a alquilar al mejor postor para hacerla de comparsas.
El caso del distrito XV de Ciudad Victoria, es clarísimo.
Por más que sea un cuadro con experiencia en el sector público y partidista, Ofelia Garza Pineda es una candidata a modo para Arturo Soto o quien elija Morena. Su candidatura no tiene mayores posibilidades de sobresalir.
A la par, el PRI vuelve a demostrar su histórica terquedad al recurrir una vez más a figuras que hace tiempo fueron rebasadas por la realidad política del estado, como el ex alcalde Alejandro Etienne, quien competirá en el distrito XIV.
Los “refuerzos” de Morena, los “gallos” que piensa mandar el PRI a la competencia y el discurso que han manejado los primeros aspirantes panistas, dejan claro que la competencia electoral será más de marcas y proyectos políticos, que de personajes.
Y una vez más se confirma que en Tamaulipas quedan dos fuerzas políticas en torno a las cuales se reagrupará la chiquillada y lo poco que queda del PRI.