Con un avance significativo, el acuerdo está prácticamente cerrado: Carlos Peña Ortiz, hijo de la presidenta municipal de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez, se sumará a la campaña electoral del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
El anuncio, que contiene múltiples significados hacia el futuro, se realizará el próximo fin de semana en el municipio fronterizo. La negociación, se reitera, se encuentra muy avanzada.
Esto no quiere decir que Carlos Peña Ortiz vaya a ser candidato de Morena a una de las diputaciones locales con sede en Reynosa. No, ese no es el camino.
Tampoco tomará la ruta de la representación proporcional. Si bien este tema fue abordado al arranque de las conversaciones entre el hijo de Maki y los operadores morenistas, finalmente la alianza política se sellará con un elemento sorpresa.
Este movimiento color guinda de Carlos Peña Ortiz en el tablero ajedrecista de la cada vez más candente elección 2019 en Tamaulipas, por supuesto, representa una decisión, reflexionada a fondo, por la alcaldesa de Reynosa, la panista Maki Ortiz.
La decisión significa lo que todos saben: un rompimiento que puede desatar múltiples consecuencias en el escenario político estatal del PAN, partido que hace tres años irrumpió con un triunfo histórico en las urnas tamaulipecas.
Maki Ortiz no es cualquier militante blanquiazul. Es una panista con una trayectoria exitosa y ascendente: regidora, diputada federal, subsecretaria de Salud en el gobierno calderonista, senadora y presidenta municipal de Reynosa, reelecta, contra vientos y mareas, en 2018.
Muchos analistas ya la ven como una aspirante natural de Acción Nacional, decidida a entrar con toda la fuerza al juego de la gubernatura del estado en 2022…
Mientras llega esa crucial batalla, su hijo establecerá una estratégica alianza política para impulsar la ofensiva electoral de la Cuarta Transformación en tierras reynosenses, cuatro distritos que pueden ser decisivos para apoderarse de la mayoría del Congreso de Tamaulipas.
Este acuerdo, en el que obviamente no participa ni de chiste el individuo conocido como ‘El Guasón’, es una operación netamente Maki-avélica que cuenta con la máxima bendición morenista… y con la que pretenden hacer jaque mate en tierras del Nuevo Santander.
JUAN DIEGO: CANDIDATO DE MORENA
Otro que ya tomó la decisión de jugársela con el Movimiento de Regeneración Nacional es Juan Diego Guajardo Anzaldúa.
Conciente de lo que puede acarrear su decisión, el ex alcalde de Río Bravo está dispuesto hacer campaña desde la cárcel, auténtica música para los oídos de la organización lopezobradorista que gusta de los roles de víctimas donde es oposición.
Hermano de Juan Antonio Guajardo Anzaldúa, que siempre se caracterizó por su actitud rebelde, Juan Diego está puesto y dispuesto a ser candidato de Morena a la diputación local por el Distrito 8, con cabecera en su terruño, Río Bravo.
Juan Diego ya ganó ese distrito en las urnas. Lo hizo en 2013 como abanderado de la coalición pactada por el PRI con el PANAL y el hoy agónico e inútil PVEM. Tres años después, se llevó el triunfo en la contienda por la presidencia municipal. Sin embargo, cuando intentó la reelección fue parado en seco por el viento blanquiazul.
Guajardo Anzaldúa, apellidos convertidos en verdadera marca electoral en esa región, volverá a la competencia en busca de sufragios para llegar al Congreso del Estado, hoy con la bandera de la 4T.
LARGA FILA EN REGISTRO MORENISTA
Ya se esperaba: Docenas de aspirantes a las candidaturas de Morena a las diputaciones locales se registraron ayer en Ciudad Victoria… docenas por cada distrito.
La fila de suspirantes estaba más larga que la fila para comprar tortillas en el mercado un domingo en la mañana.
Aunque a los morenos no les gustan las leyes del sistema económico capitalista, se puede decir que la demanda política por las candidaturas de la 4T rebasó por mucho la oferta. Esa es la neta.
Por tanto, una nominación con sello lopezobradorista está muy cotizada… y en plena alza. ¡¡¡Orale!!!