En la actualidad, aun cuando se revolucionó el fútbol y se ha apoyado a la rama femenil, se visualiza una marcada desigualdad entre el fútbol profesional varonil y femenil, tanto en temas de publicidad, apoyo económico, laboral, cobertura y la poca participación del sector público y privado.
La lucha por la equidad de género se hace manifiesta, pues aún falta un gran panorama por construir para que los derechos de la mujer puedan ser garantizados de manera integral; esta situación no acontece porque a las mujeres no les interese o no tengan conocimiento técnico o habilidades dentro del campo, sino que, es una situación histórica llena de límites que han impedido que las mujeres se desempeñen en este deporte.
El fútbol varonil por otro lado, es uno de los deportes más populares en el mundo, pero sobre todo es un gran negocio a nivel mundial que mueve extensas cantidades de dinero, un espectáculo garantizado que es aprovechado por grandes empresarios para invertir, y no olvidemos de las grandes sumas de salario que reciben los jugadores, patrocinios, publicidad, etc., hay una gran división y distancia para que el fútbol femenil pueda estar a la par y sea apoyado como lo es en la actualidad el varonil, más no es algo imposible.
No podemos atribuir al género femenino una falta de técnica o espectáculo en el fútbol, pues las mujeres han brindado partidos inigualables tanto en ligas nacionales como mundiales femeniles; no se puede atribuir al género femenino que los juegos no tengan cobertura en las televisoras o que por ser mujeres no merezcan un pago digno, pues por supuesto que existe público y espectadores interesados en estos partidos y claro que existen mujeres futbolistas con logros personales o en equipo que, sin importar la poca remuneración, han triunfado.
No se trata de desvalorizar el talento de las mujeres en el campo, su sueño por triunfar, su técnica al tocar, su pasión por jugar; se trata de admitir que existe una desigualdad latente entre el fútbol femenil y varonil, y que, a partir de ahí, retomemos las acciones necesarias para lograr una igualdad sustantiva (es el acceso al mismo trato y oportunidades para el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, Artículo 5 fracción V).
El sector amateur ha sido un eje preponderante para el impulso y reconocimiento del fútbol femenil, pues torneos locales y regionales, incluso universitarios, fueron esenciales para otorgar confianza en esta categoría, por ejemplo, he conocido entrenadoras que no se detienen al no existir ligas locales femeniles, sino que ellas mismas las impulsan para que efectivamente exista la competitividad y participación de mujeres de distintas edades, realizan torneos entre escuelas o participan en cuadrangulares de la ciudad; en ese contexto, el sector amateur refleja la fortaleza y deseo de superación hacia el fútbol profesional.
El que lo desee, desde su trinchera puede aportar y generar oportunidades para las mujeres en este ámbito, y no puedo pasar por alto que he conocido mujeres y hombres excepcionales que han dado grandes pasos para que el fútbol femenil sea reconocido, de lo cual he sido testigo, por ejemplo, en el lugar en donde vivo, al activar ligas locales de fútbol con apoyo del sector público como ya mencioné, o incluso creando academias de fútbol que apoyan a chicas talento, sin dudar de que en otros lugares, más personas han estado apoyando a mujeres dentro de este deporte al abrir espacios y oportunidades para triunfar y no solo para practicarlo, sino para desempeñarse en materias relativas al fútbol, como arbitrajes, comentaristas, entrenadoras, entre otras actividades.
No es una tarea fácil, pero tampoco es imposible, ya que en la actualidad existen mujeres que han logrado pitar en un partido en primera división, ser comentaristas en finales de la Champions League, ser Directoras Técnicas en ligas europeas, dueñas de clubes, acreedoras a balón de oro, etc., y es de reconocerse que a pesar de la infinidad de obstáculos, han perseguido sus sueños. De ahí que tenemos todo un reto por lograr: El Campeonato a ganar.
Tenemos la responsabilidad de defender el marcador y nuestros derechos, debemos anotar los goles y oportunidades para ganar, debemos proteger el arco y nuestros sueños, debemos enfrentar al rival y ser contundentes para triunfar y ganar el Campeonato.
Ahora vienen las interrogantes ¿Es un problema de la sociedad?, ¿es machismo?, ¿discriminación?, o ¿qué otros factores son los que verdaderamente obstaculizan que una mujer se desarrolle al 100% en el deporte del fútbol?, cuestiones que, abren un panorama de inquietudes.
En primer término, la discriminación por razón de género no es un tema nuevo, puesto que las mujeres hemos sido históricamente discriminadas en la sociedad, en temas laborales, electorales, de educación, política y no se diga en el deporte. Si regresamos a la época de los 70’s, estábamos iniciando la vereda para participar en torneos de fútbol, y hasta hace poco se empezó a abrir camino al género femenino para desarrollarse en el fútbol profesional.
Claro que ha habido malos ratos, incluso en la actualidad en redes sociales, con comentarios machistas y denigrantes en contra de las mujeres al menospreciar la práctica del fútbol femenil, al querer compararlo con el varonil en todos los aspectos.
No olvidemos que existen instrumentos jurídicos internacionales que protegen los derechos de las mujeres y así mismo son reconocidos por los Estados que los suscriben, tanto para erradicar la violencia y discriminación, como para velar por sus intereses y desarrollo, pero cabe recalcar que hace falta una efectiva supervisión y agenda de trabajo que establezca los medios que garanticen de manera integral los derechos de las mujeres, en este caso en el ámbito deportivo, porque mientras que la ley escrita permanezca inmóvil, no se verán resultados ni a corto plazo ni a largo plazo.
He concluido que es un trabajo en equipo, una directiva que nos apoye y establezca criterios, jugadas, estrategias para ganar el campeonato, necesitamos arqueras para atajar y no dejar entrar los comentarios negativos y adversidades, la defensiva para evitar los ataques en contra y la discriminación, una media creativa que genere jugadas que nos acerquen a la meta, una delantera para rematar y concretar los tiros a gol para garantizar nuestros derechos, y un cuerpo arbitral que sin importar el género, sea siempre justo.
El mundo necesita voltear a ver a las mujeres, la estamos rompiendo en el campo, hay una crack en cada lugar del planeta que necesita de tu apoyo para crecer, que al igual que cualquier niño, una niña también pueda soñar con ser comentarista, árbitro o jugadora profesional y que se sienta representada con ídolos del género femenino en el deporte. Desde nuestra trinchera podemos lograrlo, necesitamos una transformación cultural, un cambio de pensamiento, de perspectiva o ¿tú qué opinas?, ¿cómo ayudarías para que el fútbol logre una igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer?
-La Mísster.