“En nuestro país, según especialistas médicos del Centro de Estudios Psicológicos en la Infancia, 4 de cada 10 pacientes que ahí se atienden experimentan la depresión por la cuesta de enero”
Se acabó la fiesta y aunque iniciamos el nuevo ciclo transpirando algarabía y la buena vibra que deja tanto abrazo e intercambio de buenos deseos, por inercia el contento se podrá mantener solo algunos días más, porque queramos o no, los días nos llevan directito hacia la cuesta de enero, primera prueba para el humor aguantador y llevadito del mexicano, aunque el presidente nos desee parabienes y en sus profecías vislumbre un bueno año, sobre todo para los pobres, el primer mes del año siempre nos trae incertidumbre y zozobra en los asuntos públicos que a todos nos interesan: seguridad, economía, política y progreso social, por decir algunos.
En todos, México presenta rezagos importantes ante la constante demanda social por mejores condiciones de vida, para colmo este año que recién estrenamos ha sido pronosticado por la Organización Mundial de la Salud como el período que registrará más estadísticas de gente enferma por depresión, de bote pronto nos angustian las noticias de catástrofes globales, los reportes de inseguridad nacional que sigue con el conteo de decesos y la situación de desigualdad social e inequidad de género.
En nuestro país, según especialistas médicos del Centro de Estudios Psicológicos en la Infancia, 4 de cada 10 pacientes que ahí se atienden experimentan la depresión por la cuesta de enero, que es un mal que no respeta género ni condición social y que también ya se diagnostica en niños, por lo que piden que se atienda con responsabilidad y prontitud.
Como problema de salud mental pública, la depresión en este 2020 será la segunda causa de discapacidad en el mundo y la primera en México, advierte la OMS y la catalogan ya como epidemia mundial. Los análisis sobre los trastornos mentales también revelan que el número de personas deprimidas ha aumentado un cincuenta por ciento en la pasada década, y son las mujeres las mayormente afectadas.
En el plano personal para contrarrestar los fatales augurios se nos anima a hacer ejercicio, establecer metas y propósitos reales, de asuntos que sí podamos cumplir, que retomemos la sana alimentación y convivencia armoniosa con nuestro cuerpo y la mente, pero también es necesario precisar que los males de salud no son solamente emocionales, la carga biológica nos coloca a todos en riesgo, por lo que se precisa una atención médica especializada, al menor síntoma de angustia y desesperación.
No es tema menor, si en nuestros planes esta cuidar la salud, atendamos no sólo el físico, sino también lo interno, visualicemos lo que pasa por nuestra cabeza y emoción, no con romanticismo, sino por devoción a la vida. Y si las autoridades de salud etiquetan el nuevo año como el más depresivo de esta era, demos vuelta a la intención haciéndolo más reflexivo.
La política, los gobiernos, las naciones y las sociedades están convulsas, sería bueno empezar entonces en este 2020 por hacernos cargo de uno mismo.