“Si hoy preguntan en los comederos políticos ¿quién sería ahorita el candidato del PAN a la gubernatura?, la mayoría respondería que Gerardo Peña, presidente del Congreso local y dependiendo dónde se formule la cuestión, otros dirían que el senador Ismael García Cabeza de Vaca o Jesús Nader, el alcalde de Tampico”
Un puesto, un nombramiento no construye una candidatura y menos si la que se busca es para gobernador, eso seguro lo deberían de tener claro los que aspiran a suceder a Francisco Javier García Cabeza de Vaca en la elección del 2022.
Así es mis queridos boes, habrá quienes digan ¿pero falta mucho?, ¿pero es que a mi me están dando chance de moverme?, ¿pero yo soy el delfín?, ¿pero yo tengo por mi cargo mucha exposición en medios?.
La respuesta genérica para todas esas preguntas es: no hay elección fácil, no son los tiempos del PRI de los 70’s, ni para el PAN es el 2000; el que quiera, el que aspire, el que sea candidato se va a tener que enfrentar en el 2022 a condiciones inéditas y por eso quien no haya comenzado ya a construir su candidatura trae un retraso importante.
¿Exagero?, nombre, recordemos cuántos años llevó a Cabeza de Vaca construir su asenso al poder, hablamos de por lo menos 12 años y para el 2022 ya solo faltan 3; que en realidad son dos, porque la elección es en junio y desde principios de ese año ya deberá haber candidatos.
¿Exagero cuando digo que quien no haya comenzado a construir una candidatura va retrasado?, nombre, cuando Cabeza de Vaca logró la nominación del PAN a la gubernatura ya había sido alcalde, diputado local y federal, coordinador de campañas, funcionario del gabinete federal y hasta Senador de la República.
El decir tenía miles de kilómetros recorridos por Tamaulipas, cientos de reuniones con grupos políticos, amarres de años para su proyecto, gestiones y era creo 100 por ciento conocido desde muchos años antes de que en el 2016 fuera ungido candidato.
¿Se les viene una figura que en el PAN medio se le asemeje a la del gobernador Cabeza de Vaca; como para decir que puede ser el candidato natural?, exacto no la hay, por eso insisto en la urgencia para los suspirantes, que de que los hay los hay.
Si hoy preguntan en los comederos políticos ¿quién sería ahorita el candidato del PAN a la gubernatura?, la mayoría respondería que Gerardo Peña, presidente del Congreso local y dependiendo dónde se formule la cuestión, otros dirían que el senador Ismael García Cabeza de Vaca o Jesús Nader, el alcalde de Tampico.
Aunque a mi me parece ociosa la pregunta ahora, porque lo que en las filas azules necesitan es generar esas candidaturas que hoy se ven lejanas, pero también hay que reconocerlo frágiles y de poco peso, si se comparan con el fenómeno que fue la del actual gobernador Cabeza de Vaca.
Y a eso le refería cuando arriba señalaba que un cargo, un nombramiento, no hace una candidatura y mucho menos si el que sueña con ella da por hecho que con el visto bueno del papelito que le dio el actual gobernador basta para convertirse en candidato.
La candidatura es de quien la trabaja, de quien da resultados, del que hace compromisos, del que cumple los previos, del que se mueve con humildad y entiende que antes de tener el poder hay que hacer amigos y demostrar que de llegar a el no se convertirá en un tirano, un mal agradecido, del que no se convertiría en un traidor con quien le haya dado el empujón que cuenta.
Por eso salir en los medios no basta, alzar la voz, pararse en una tribuna envalentonado, advertir para que el jefe lo escuche en su defensa no basta, la construcción de una gubernatura incluye todo lo que antes enumeraba.
Van tarde, insisto, porque para el 2022 tal vez vayan a enfrentarse a un régimen federal que tenga, como parece que es el camino, un férreo control sobre la autoridad electoral a su favor, porque el clientelismo político de la 4T por añadidura beneficiará a quien sea el candidato de ese movimiento y porque el ahorcamiento presupuestal que ya está ejerciendo AMLO y su gobierno sobre los estados azules y tricolores puede convertirse en un lastre que cargarían los candidatos de esos colores.
Pero si los de azul van atrasados, en el PRI la cosa es peor, es cierto que Edgar Melhem es un buen tipo, operador político y que llegó a la dirigencia estatal con el consenso de los grupos que aún militan ahí, pero su realidad es terrible en cuanto a pronósticos.
¿Quién pudiera ser candidato a gobernador por el PRI?, hoy solo se nombra a Enrique Cárdenas del Avellano, pero con su nombre va el lapidario pronóstico de que el tricolor en Tamaulipas está muerto y enterrado.
Tendrían que pasar cosas por hoy inimaginables como para creer que ECA o el que sea del PRI puede dar la batalla.
Del lado de MORENA la paradoja domina el futuro: son gobierno federal con amplísimos poderes por la histórica victoria del 2018 con AMLO, pero pareciera que ni siquiera son un partido político.
En Tamaulipas desde antes de la campaña del año pasado no han dejado de pelarse los que se creen dueños del partido y con méritos suficientes como para ser candidatos a la gubernatura en el 2022, lo único que los podría hacer ganar ese año sería un panorama nacional que por ahora solo es una posibilidad, MORENA en Tamaulipas no tiene un solo hombre o mujer con imagen estatal o peso suficiente como para que se le considere en serio como jugador para la silla que dejará vacante Cabeza de Vaca. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong