“En la CDMX a partir de hoy los delitos como: feminicidio, trata de personas, agresiones a menores y el turismo sexual, serán algunos de los que motivos de inscripción al registro que dependiendo del delito tendría una vigencia de 10 a 30 años”
Hoy entra en vigor en la CDMX una enmienda penal más, esta es para iniciar el registro de agresores sexuales en la capital del país y es apenas un pequeño paso para una ley que urge a nivel nacional. Aunque organismos civiles ya señalan que es tan sólo otro parche legal que no terminará por integrarse bien y no servirá de mucho para detener los delitos sexuales que ocurren en contra de las mujeres y menores de edad, pues para empezar, tímidamente le ponen el nombre de “ofensores” en vez de agresores.
Países como Estados Unidos, España o Chile desde hace años tienen bien integrado el censo de personas que han incurrido en graves faltas sociales y han sido denunciados, mediante esta base de datos, por ejemplo, tan solo en España en 2017 en Ministerio de Justicia inhabilitó a 45 mil personas que no pueden trabajar en ningún espacio con menores de edad pues están inscritos en el Registro Central de Delincuentes Sexuales, en ese mismo año, se indicó que el 96.4 por ciento de los agresores son hombres. Los datos agrupan a quienes han delinquido con trata de personas, violación, abuso sexual, acoso, exhibicionismo, provocación, prostitución y corrupción de menores.
En la CDMX a partir de hoy los delitos como: feminicidio, trata de personas, agresiones a menores y el turismo sexual, serán algunos de los que motivos de inscripción al registro que dependiendo del delito tendría una vigencia de 10 a 30 años, esto con base a la gravedad del ilícito y la edad, condiciones económicas y culturales del agresor, entre otros factores.
Para la creación de este primer registro se reformó en diciembre el código penal local de la capital del país y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley de los Derechos de Niñas, Niñas y Adolescentes.
A diferencia de otros países, esta primera base de datos en México, no se hará pública, solo estará en manos del ministerio público y contendrá todo el perfil del agresor, una ficha técnica con los generales, nombre, apodo, señas particulares, fotografía, modos operandi y perfil genético.
En otras naciones, esta lista de agresores es colocada en la red, además como la carta de no antecedentes penales aquí, se obliga a un trámite de no denuncias sexuales para la obtención de un empleo, por ejemplo.
Así que aquí apenas amanecemos con este nuevo intento por frenar la violencia de género, habrán de pasar tres meses para que se nos informe de su total aplicación en la CDMX, y desde luego a partir de ahí se anotarán las fallas. Tan sencillo que sería hacerlo bien a la primera, con el ejemplo internacional.