“Estamos en guerra con un virus y no la estamos ganando” advierte Antonio Guterres desde la ONU al participar en la reunión virtual que efectuó el G-20 para abordar el tema de la pandemia y donde también estuvo el presidente mexicano.
Son momentos tensos para todo el planeta, sus líderes y sociedades enfrentan retos inéditos y cada cual responde a su manera, con sus herramientas y alcances, lo que sea que signifique esto para cada país.
En lo individual, el encierro para contener el virus, saca lo mejor o peor de nosotros mismos.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido muy criticado por su tibieza ante la emergencia sanitaria global, quizá esto lo va obligando poco a poco a responder a la urgencia que demandan los estados de más protección para la ciudadanía, pero por su lado “necio” y “terco” como él mismo se denomina, también está siendo duramente cuestionado por la colectiva feminista.
Estamos preocupadas por el coronavirus, la salud pública y la paz mundial, pero no debemos desatender el tema que movió al planeta en la antesala de esta primavera. Y por tanto, los movimientos sociales de las feministas no cesan, al contrario, a las voces de “ni una menos”, “alto al feminicidio”, “alto al acoso” y a cualquier expresión de violencia hacia la mujer, se agrega ahora la preocupación por quienes “duermen con el enemigo”, muchas mujeres está casi como en arraigo domiciliario enfrentando a sus acosadores u obedeciendo órdenes de los estereotipos de género, limpiando y cuidando el hogar, en este encierro al que obliga el “quédate en casa”
La cuarentena “obliga” a las mujeres a cargar con toda la responsabilidad de la pandemia, el mismo presidente ha dicho esta semana que son las mujeres y las niñas las que tienen que hacer los cuidados, que deben entender la situación “porque los hombres son más desapegados”, rememora los estereotipos sobre las femeninas destinadas a cuidar a papá, hermanos, hijos y familias enteras.
Lo dicho por Guterres, nos recuerda a las mexicanas que estamos luchando por la equidad de género en este país, que vamos perdiendo nuestras batallas.
Recientemente se redujo el presupuesto para refugios de ayuda a mujeres violentadas, bajaron los apoyos a las ONGs dedicadas a las mujeres vulnerables, los feminicidios no paran ni en medio de la emergencia sanitaria, recortaron apoyos a guarderías, y en el discurso la cosa va peor, con la voz cantante desde palacio nacional se incita a los varones a seguir reproduciendo patrones machistas.
No hay una política pública con visión de género. El desapego del presidente a los asuntos de las feministas, es un virus que no nos deja avanzar.