CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Nuevo León, Jalisco y Oaxaca anunciaron esta semana la aplicación de miles de pruebas rápidas para detectar COVID-19, aunque al hacerlo no detallaron su origen y su nivel de eficacia, y luego en el caso de los últimos dos estados la compra de los test se cayó.
En Oaxaca, el gobierno estatal confirmó a Animal Político que aunque el 25 de marzo pasado habían anunciado la compra de 10 mil pruebas rápidas, a fin de cuentas no se concretó la adquisición, porque hay escasez de este tipo de insumos a nivel mundial y porque no encontraron un proveedor que brinde un producto avalado por Cofepris. Continuarían buscando opciones para comprarlas.
En Jalisco el gobernador Enrique Alfaro dijo que no podrán iniciar por ahora la aplicación de pruebas rápidas que tenían programada para este jueves, porque “misteriosamente” los proveedores que les habían ofrecido ya no las tenían disponibles.
“De repente, misteriosamente, los proveedores nos quedaron mal. Nos cancelaron las órdenes de compra que tenemos“, expresó Alfaro.
El gobernador mencionó que hay otras dos opciones que están revisando, para poder cumplir con lo que recomienda la OMS y seguir la ruta de Corea del Sur, de aplicar pruebas rápidas masivamente.
Esto se da con el contexto de lo ocurrido en España, donde el gobierno compró a una empresa china 640 mil pruebas rápidas aunque no tenía licencia para elaborarlas, según la embajada del país asiático.
Tras la alerta de China, laboratorios de microbiología del país europeo comprobaron un mal funcionamiento de las pruebas compradas a la empresa Bioeasy, ya que tenían una sensiblidad del 30% y debían ser del 80%.