TAMPICO, TAMAULIPAS.- Como nunca en su historia, el Puerto Jaibo lució tan solitario este Viernes Santo en el que solo se escuchaba el ruido de las aves, sobre todo por la mañana y el movimiento de las ramas de árboles por el viento que se registraron.
La respuesta de la ciudadanía de quedarse en casa, avanzó significativamente este viernes ya que en el caso de la zona centro, fue muy escaso el número de personas que se observaron al ser solo quienes acudían a sus centros de trabajo y empleados públicos de áreas esenciales.
Por fin la mayoría de los tampiqueños ya empezaron a atender las peticiones del gobierno de no salir a las calles como una de las medidas de prevención para evitar la propagación del Covid-19.
Las imágenes de la zona centro siempre repleta de miles de personas en Semana Santa , parecen de una ciudad fantasma .