CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Algunos niños deben tomar clases en la vía pública en Ciudad Madero, ya que los padres de familia son vendedores ambulantes.
Uno de estos casos es el de la pequeña María José de 7 años de edad, cursa el segundo grado en la primaria Isauro Alfaro Otero.
Su mamá Laura Serapio vende cubrebocas en la banqueta de la calle 13 de Enero de la zona centro, desde los 8 años se ha dedicado al ambulantaje y de ahí ha podido sacar adelante a sus hijos, aunque con la pandemia del Covid-19 se ha complicado la enseñanza, debido a que no todos los papás tienen recursos para comprar computadoras.
«Le presto mi teléfono para que pueda escuchar la materia, ya sea español o matemáticas, formación cívica o ingles y todo eso, me tengo que repartir en lo que la maestra le dice y también en mi trabajo porque lamentablemente no tengo internet y tengo que trabajar a diario para que haga lo que le encargan».
Al mes gasta 200 pesos en saldo e internet para el celular, con la finalidad de que la hija pueda tomar las clases en línea y en caso de que sea insuficiente, Laura Serapio se comunica con la maestra para que le indique las actividades a realizar.
«A veces a la maestra le falla el internet. No tengo internet y pues a la semana recargo 200 pesos y me tengo que abastecer para ella y si se acaba pues a través de mensajes y ella ya se ocupa que se manden las tareas por WhatsApp», apuntó.
El director de Educación en Madero, Edgar Ávalos Domínguez afirmó que algunos maestros se ven en la necesidad de buscar a los alumnos, sobre todo aquellos de escasos recursos.
Por Oscar Figueroa
