Lo afirma la observancia ciudadana, de las lunas, las de octubre son las más hermosas, quizás era tiempo de estar mirando hacia el cielo, cuándo varios trasnochados, con celular en mano dieron fe y constancia del paso y luego caída del meteorito en Cd. Victoria. Todavía no apagaba su fuego y ya era viral. Una noticia cósmica para estas noches otoñales.
Pero la naturaleza es implacable, justo a la misma hora, en el otro extremo de la República, donde hace miles de años ocurrió un fenómeno estelar que cambio el mundo, ahora recibían los embates del huracán Delta, que por suerte degrado su categoría, dejando menores daños a los anunciados. Es el primer fenómeno de fuerte lluvia, vientos e inundaciones que se da ya sin el FONDEN, ese fondo para desastres que desapareció así, de noche.
Al mismo tiempo de las lunas, el meteoro y la tormenta, los legisladores seguían en extenuantes y por momentos hasta violentas horas de debate, para borrar del mapa financiero de los recursos públicos los fideicomisos dedicados entre otros temas, a estudiar nuestro medio ambiente, a la protección de mujeres, de periodistas y al impulso de la cultura y deportes.
Los inclementes vientos también se manifestaron en el zócalo capitalino, brindando otro espectáculo nacional que causó la risa socarrona del presidente. Sí alguien se había perdido el video de las casas de campaña voladoras, el mismísimo primer mandatario sacó el tema para proyección nacional desde la mañanera. Dicen por ahí las benditas redes sociales, que lo que más calienta es esa risita burlona.
A octubre también se le conoce como el mes de las brujas, en relación desde luego, a festividades extranjeras, pero no importa, es un buen ciclo de lunas para intensificar la marcha. Las colectivas feministas no se repliegan ni tantito. Se han declarado abiertamente en guerra contra el sistema opresor.
Las encapuchadas del “Bloque negro” como se hacen llamar las mujeres víctimas y madres de víctimas de violencia por género, se mantienen en la Okupa de la CNDH, a ellas el viento intempestivo de la violencia institucional les hace lo que el aire a Juárez. Han sido denostadas por la jefa de gobierno capitalino, por el mismo presidente y demás personajes del gabinete, pero son más fuertes, por tanta acumulación del dolor, que cualquier embate político.
En México, aún no hay poder político, natural o humano que desanime a las colectivas feministas que no desisten, al contrario, anuncian que intensificarán la marcha. En reciente reportaje para el periódico El País de España, titulado: “La mecha del feminismo enciende México”, se da cuenta del enojo de las mujeres y la decisión de “prolongar la lucha contra la persecución política”.
“Ya es solo cosa de que la flama baile un poquito y todo explote” para un incendio nacional, una revolución institucional, confía una de las “okupas” y con los fuertes vientos de esta temporada, esto no tarda en ocurrir.
Inamovibles, las mujeres que piden justicia por víctimas de feminicidio, desaparición y violación sexual, cumplieron el mes en la toma del edificio oficial, ahora convertido en refugio para más víctimas Sigamos mirando al cielo, pero con los pies bien puestos en esta tierra, que las mujeres no detienen su lucha por los derechos humanos de todas, ni en sus días de luna.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE