“La multiplicación de la producción de todos los oficios, derivada de la división del trabajo, da lugar –en una sociedad bien gobernada- a la riqueza universal que llega hasta las clases más bajas”.
Adam Smith. Padre de la economía. LO CLARO. Les hemos llamado “héroes sin capa”, o héroes en capa azul. El frente de batalla pandémico, cobra vidas y no es un juego.
Y quienes tienen como profesión el ejercicio de la medicina son –además de los soldados de la salud que nos protegen- quienes mayor índice de contagios y riesgo per se de ser alcanzados por el fuego enemigo del invisible bicho.
La Universidad Autónoma de Tamaulipas a través de su máxima autoridad entrega dotación de equipamiento personal a los jóvenes practicantes y eméritos salubristas que se encuentran laborando sin descanso en cada uno de los hospitales públicos del estado.
A fin de contribuir a su salvaguarda física. Médicos Internos de Pregrado y Médicos Residentes son la primera línea de fieles combatientes que vigilan la evolución de la salud. LO OSCURO.
Ironicemos… Lo primero que le viene a la mente a gran parte de quienes habitamos este país, con la palabra “colaterales” tendría que ver con la frase infortunada del entonces Presidente Calderón respecto de la batalla en términos de seguridad interior, donde los inocentes resultábamos expuestos al cruce de balas, con las bajas consecuentes y a las que el mismo Jefe de la Nación llamaba “son los menos”.
Hace pocos días el hoy mandatario señalaba en su conferencia mañanera, una cita del padre de la economía Adam Smith. (Sic) “-
Por más egoísta que suponga a sí mismo el hombre, hay elementos en su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de otros. Aunque hacer por ellos no le resulte en nada, más que el gusto de observar su felicidad”. 109 fideicomisos por un monto de 68 mil 400 millones de peso en los que participa de forma directa la administración federal, dejan de operar y sus fondos igualmente.
Con argumentos congruentes a su eje político, el mandatario sostiene que la administración pública está plagada de corrupción en los fondos públicos y eso retrae el desarrollo y solo enriquece a los más ricos y empobrece al grueso de la población. Cierto.
Las empresas fantasma, las factureras, los apoyos discrecionales, se dan en el marco de la subjetividad con que los dueños del lápiz (dígase a los gobernadores, secretarios federales, delgados o encumbrados con accesos a esos fideicomisos) daban a pocos y a sí mismos los recursos que se disponían para fondos de desastres, apoyos a microempresarios, a la cultura en proyectos de cine por decir unos cuantos.
Así, cuando pasaba un huracán o terremoto, los beneficiarios con obra pública eran los que ellos decidían y terminaban adjudicados con tales emolumentos. No necesariamente los que realmente los ocupaban.
Y… 65 fondos de CONACYT, FONDEN, FIDECINE, Fideicomiso para MiPymes y Emprendedores son algunas de las clasificaciones que dejan en desamparo por recursos de usted y míos aportados mediante impuestos y que contribuyen a generar estabilización en casos de emergencia como los desastres y para fomentar la innovación en caso de apoyos a la investigación. Nadie. Absolutamente nadie nos preguntó a los damnificados de esos rubros.
¿Hay desconfianza por los que ‘se despachan’ con los apoyos y son funcionarios públicos? ¡Córranlos! o ¡hagan transparente la entrega de los recursos! Pero no puede quedar al criterio –ahora sí- de gente honesta que entregará ‘de manera directa’ y sin pasar por los filtros de las reglas de operación, los recursos que ocupan por una avenida de agua que destruya carreteras en la huasteca potosina, o por la sequía que mata el suelo, las reses, los plantíos del norte o sur del país.
Lo aún peor. Las pólizas de seguro contra catástrofes naturales en todos los estados y municipios (entiéndase todo el territorio mexicano) toman como base el FONDEN nacional. Lo que se traduce en que al no existir Fonden, no habrá protección financiera alguna en caso de cualquier daño de la naturaleza a nuestro entorno.
Olvídese de su seguro por granizo. COLOFÓN: Sí, sería obtuso preguntarle a un compañero doméstico (ave, gato, perrito) si le gusta o no el que se le compre correa o se le deje atado a un árbol. No existe consulta pues la decisión la tomamos de forma unilateral.
¡Pero jamás pensando en dañarles! Los ‘daños colaterales’ estaremos expuestos a las decisiones políticas de quienes mandan. A pesar de nuestra felicidad, como dice Adam Smith