«Agradecida y comprometida por la decisión del presidente, por la designación como titular de la SSPC, me incorporaré en cuanto tenga la alta médica por Covid” así en un tuit y a la distancia, como sucede casi todo en medio de esta pandemia, aceptó Rosa Icela Rodríguez hacerse cargo de la seguridad pública nacional. En un segundo plano, al hilo del primer mensaje, asegura “Empeñaré todos los esfuerzos para trabajar por la gente”.
La noticia de que sea una mujer, por vez primera, quien coordine la estrategia de seguridad hace ver al gabinete federal como un ente inclusivo, paritario y con visión de género. Además, la vasta hoja de vida profesional que avala la experiencia de la periodista, con 23 años de servicio en la función pública, le han valido los primeros reconocimientos públicos y opiniones favorables, así también el beneficio de la duda, para su buen desempeño en un puesto de tan alta envergadura.
Rosa Icela llega al gabinete de la 4T y seguramente será arropada por su pares, otras destacadas mujeres profesionales que marcan hitos históricos al ser las pioneras en esos puestos, como la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez o la de Energía, Rocío Nahle y Graciela Márquez en la de Economía; también tienen titularidad femenina la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, en la Función Pública, Irma Sandoval; en la CNDH, Rosario Piedra; María Luisa Albores en Desarrollo Social; Josefa González en Medio Ambiente; en Cultura, Alejandra Frausto y en Inmujeres, Nadine Gasman.
A grandes rasgos se cumple con la paridad en los puestos, también en el legislativo, en la Cámara de Diputados y la de Senadores, por vez primera se integran equipos paritarios, con la presencia de las mujeres para la toma de decisiones importantes para el país.
Sin embargo, aquí viene lo de los floreros, las mujeres que acompañan al presidente han sido criticadas reiteradamente por colectivas feministas, ya que de poco ha valido su presencia en el gabinete. En la CNDH, por ejemplo, el trabajo de la ex activista social no ha rendido frutos y siguen sin atenderse las demandas de familiares de víctimas de feminicidio. En el Inmujeres es criticada la inacción del gobierno y en Desarrollo Social igualmente, se desmantelaron programas dedicados a las mujeres y se redujo el presupuesto a la vista de ellas. La Secretaria de Gobernación, que se asume feminista, también ha sido duramente reprochada en su gestión, aunque se defiende y asegura que esta de lado de las mujeres, su palabra tiene poco eco ante el presidente, en cuestiones de género.
La funcionaria federal de mayor rango en la administración ha reconocido que “dentro del gabinete hay temas de misoginia muy considerables” aunque en sus comentarios excluye al presidente, si habla, de la presión que le ponen sus compañeros varones en el gabinete, donde en ocasiones ni la dejan exponer puntos de vista respecto a la seguridad, donde las reuniones son meramente varoniles y que ahora serán presididas por Rosa Icela.
También se queja sobre las expresiones mediáticas que califican a las mujeres de no hacer mucho por otras mujeres, dice que tiene la mano suave pero que no es florero de nadie, además con razón revira que a ningún hombre del gabinete nombran así.
Quizás el bullying que se les hace a las mujeres del gabinete no sea por su falta de pericia en asuntos de estado, sino por el poco margen de maniobra que les otorga el presidente. Si bien en la forma, como nunca antes la paridad de género avanza en un gobierno, en el fondo y con sus acciones insisten en pasar a la historia como otro régimen misógino y machista.
Por GUADALUPE ESCOBEDO CONDE