Una nueva cepa del coronavirus apareció en el Reino Unido, preocupando a la comunidad internacional porque podría ser más contagiosa que las otras, lo que aumentaría el número de enfermos y de muertos.
La noticia incluso provocó que países alrededor del mundo suspendieran los vuelos procedentes del territorio antes mencionado, pues significaría un paso hacia atrás en los esfuerzos por contener el virus.
Al respecto, el médico jefe de Inglaterra, Chris Whitty, aseguró que hasta ahora no hay pruebas de que la mutación incremente la probabilidad de morir o que vuelva inútiles las vacunas desarrolladas contra el covid-19.
“Nada indica, de momento, que esta nueva cepa cause una tasa de mortalidad más alta o que afecte a las vacunas y los tratamientos, pero se están realizando trabajos de forma urgente para confirmar eso”, agregó.
El ministro de salud en Alemania, Jens Spah, siguió la línea de lo antes mencionado, pues declaró para la cadena de televisión ZDF que tras discutirlo entre expertos de la comunidad europea se concluyó que el virus “no tiene ningún impacto en las vacunas”.
Por otro lado, el científico que funge como consejero del gobierno británico, Patrick Vallance, aseguró ayer sábado 19 de diciembre que la nueva cepa se convierta rápidamente en “dominante” y que se propaga a gran velocidad.
Según Vallance, la nueva variedad habría aparecido en septiembre en Londres o Kent, Inglaterra, aunque cabe resaltar que hace apenas un par de días el ministro de salud de Sudáfrica, Zwelini Mkhize, aseguró que en su país detectaron una variante de coronavirus con la capacidad de infectar por igual a los jóvenes.
La nueva versión del virus fue nombrada por los investigadores “501.V2” y su existencia ya fue notificada, según Mkhize, a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al gobierno de Gran Bretaña, quienes habrían confirmado el hallazgo.
El descubrimiento es potencialmente peligroso, pues los jóvenes enfermos con el virus desarrollaron síntomas de mayor gravedad y sin tener padecimientos crónicos que pudieron aumentar la posibilidad de contagio o fallecimiento.