El tercer mes de cada año es conocido mundialmente como el mes de la mujer, los colores rosa y violeta se hacen notar en vestimenta oficial y se coloca de perfil en muchas redes sociales, este año marzo además sirvió de marco para que México fuera sede del Foro Igualdad, un espacio global para el análisis de la acción política y social para las mujeres. Sin embargo, el pasado mes se registra para la historia como el más violento para las mexicanas. Marzo se volvió a teñir de rojo sangre, son casi 12 mujeres, que diariamente pierden la vida a manos de un feminicida, que casi siempre es un cercano.
Marzo del 2021 se inscribe en los registros oficiales como el mes más letal para las mexicanas desde que se tiene registro. 95 feminicidios, 247 asesinatos intencionales, que dan un total de 362 casos de homicidios dolosos y feminicidios reportados ante el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en tan solo 31 días, anteriormente la cifra más alta se había registrado en diciembre del 2018.
Además, de estos escalofriantes datos, se apunta en las estadísticas nacionales que este mes de marzo la violencia domestica también registro un repunte, al abrirse 23 mil 709 de investigación por agresiones familiares, las más, contra mujeres y niñas en sus entornos cercanos y a manos de personas allegadas.
Resulta contradictorio que en el ciclo que más se visibiliza la participación de las activistas en defensa de los derechos de las humanas, se eleven los delitos contra ellas, es también el periodo donde todos los políticos se ponen corbata rosa, un moño en la solapa y suben al templete a las mujeres, donde se coloca al gabinete paritario para la foto y se habla de programas asistencialistas dedicados a ellas, y prometen acciones que les brindaran seguridad y armonía.
Nada más alejado de la realidad, no hay estrategia que valga frente a los números que nos ofrecen un panorama más crudo de la violencia hacia la mujer.
La inacción gubernamental es clara.
La omisión de autoridades se ratifica con estas cifras, que como son oficiales, son mínimas comparadas con las que recaban las organizaciones no gubernamentales, las colectivas feministas que, en la calle, tienen un pulso más aterrador de la realidad de muchas mexicanas.
En el 911 han repicado más de 38 mil llamados de auxilio, de enero a marzo en este segundo año pandémico, son gritos de auxilio que certifican que la violencia machista prevalece en muchos hogares, que tal como lo advirtieron organismos internacionales, va al alza como consecuencia de las crisis económicas y sociales resultantes de la emergencia sanitaria, por ello sugirieron a las naciones establecer mecanismos de contención para la mujer, aquí nada se hizo, al contrario, se estimuló la familia “fraternal” donde la mujer todo lo resuelve, lo soporta, lo sufre, pero ya no lo calla.
“Una asesinada tras otra: días crueles de marzo” tituló el periódico El País el 4 de abril cuando aún no trascendían las cifras, y expone hojas de vida de las mujeres que en marzo fueron los casos mediáticamente más sonados, solo como una muestra de la ola de violencia contra las mujeres en México.
A las hemerotecas digitales siguen llegando las historias de vida que terminan en la nota roja, ante la inacción de los políticos que ahora mismo están enfrentando una batalla campal por la elección del 6 de junio, ninguno ha valorado esta cifra, por tanto, no hay propuesta o estrategia que cambie la fatal circunstancia de nuestro país, basado en una política patriarcal, machista, misógina, falto de palabra para cuidar de sus mujeres.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE