TAMAULIPAS.- Queda claro que en la ruta estratégica del Congreso de Tamaulipas para enfrentar el proceso de desafuero, no está la designación de un gobernador interino.
Al menos no en lo inmediato, pues la apelación a la suprema Corte de Justicia de la Nación surtió efecto, de entrada para ganar tiempo. Las 48 horas que en teoría tendrían para proponer una terna y votarla se vencerían hoy, pero hasta donde sabemos el Pleno no sesionará hasta mañana.
Ahora bien, sería ingenuo pensar que -más allá del plan que los diputados panistas han seguido al pie de la letra, y hasta la fecha marcha con éxito- en los entretelones del poder estatal no se hayan puesto sobre la mesa nombres, perfiles y aspiraciones de los personajes que pudieran integrar no solo esa lista, sino los que librarían una criba de cara al 2022.
La lógica dice que a estas alturas se deben estar valorando no solo las aptitudes de las figuras más cercanas al gobernador que pudieran asumir un interinato, sino también su nivel de lealtad al proyecto político.
Quizás en estos tiempos de convulsión política, ese sea el valor más preciado, no solo para una eventual administración de año y medio, sino al mismo tiempo para delinear un plan hacia la sucesión.
Por eso, el nombre que más fuerza ha cobrado en los últimos días ha sido el del presidente del Supremo Tribunal de Justicia, Horacio Ortiz Renán. Su gran ventaja por sobre los demás es, además de su innegable filiación cabecista, que hasta donde se sabe no tiene un proyecto político que tuviera que sacrificar.
Esa es precisamente la principal razón por la que, por ejemplo, el nombre de Jesús Nader se ha ido borrando de la hipotética lista de posibles interinos. El alcalde de Tampico se ha convertido en una de las opciones más viables para encabezar la lucha de Acción Nacional por retener la gubernatura el año entrante.
Así lo ha dictado la coyuntura política de las últimas semanas, y es evidente que él ha trabajado por ello. Pero, ¿qué pasaría si el gobernador le pidiera personalmente asumir la administración estatal? Eso sólo Chucho lo sabe.
Una situación similar atraviesa Gerardo Peña. Desde los albores del sexenio, se le vio como uno de los prospectos más aventajados para la sucesión.
Ha demostrado una y otra vez fidelidad a los vientos del cambio y nadie duda que en esta ocasión no sería diferente. Pero el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso es candidato a diputado federal y está inmerso en una dura competencia contra Morena.
De sus resultados en la elección, depende que siga viva la esperanza de ser el próximo candidato del PAN para la gubernatura. No hay otro diputado en la actual legislatura con el suficiente peso político para ser considerado.
Sí se manejó en cambio, el nombre de César Verástegui. Su posición como Secretario General de Gobierno lo sitúa como una opción natural. Pero aunque “El Truco” no es candidato, tiene aspiraciones para el 2022; su influencia en la región centro-sur, y su manejo de los entresijos políticos del estado, lo hacen creer que pudiera aparecer en la boleta.
Otro alcalde con licencia surge en la lista de prospectos: Enrique Rivas Cuellar, quien compite por una diputación local; es el segundo edil de Acción Nacional con las mejores calificaciones, razón suficiente para ser considerado como opción, más si se toma en cuenta que sus posibilidades para la sucesión se han ido diluyendo en los últimos meses, por lo que no tendría el dilema que pudiera enfrentar Chucho Nader.
Ahora que, si de fidelidad se trata, no convendría ignorar a otros secretarios que han librado muchas batallas a lado del gobernador, desde los tiempos de la alcaldía en Reynosa. Desde luego que esta danza de personajes también se ha acelerado porque desde el gobierno federal se ha amenazado con la desaparición de poderes, por la vía de las filtraciones y los rumores.
De los muchos escenarios que hoy se ponen sobre la mesa éste parece el más lejano porque para que ello ocurriera, tendrían que aprobarlo dos terceras partes de los senadores, y las cifras no le dan a Ricardo Monreal.
Pero la insistencia con esa posibilidad, ha servido también para que se suelten listas de posibles gobernadores interinos, designados desde la Cámara Alta, algunos tan delirantes, como el de Alejandro Rojas Díaz Durán. Y también ha calentado la carrera política al interior de Morena entre los que aspiran a ser candidatos en el 2022.
En el centro y sur, múltiples grupos políticos se compactan cada vez más en torno a Américo Villarreal, pero Rodolfo González Valderrama no ha quitado el dedo del renglón, y su posición de privilegio en el “monrealismo” le permiten mantenerse en la competencia.
“El Guasón”, Héctor Garza , sí parece rezagado y Maki Ortiz sigue siendo un enigma. Veremos si con el paso de los días, las determinaciones que tome la Corte sirven para avivar o sepultar todas estas posibilidades.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021