CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-Entre risas, canciones y lágrimas, ayer 10 de mayo fue diferente la celebración del día de las madres ya que aún se padece el fantasma de la pandemia, por lo que no hubo festivales escolares, bailables y fueron muy escasas las serenatas fueron.
Más de 3 mil victorenses celebraron a las mamás que se adelantaron en el camino al visitar desde temprano el cementerio, en un horario de ocho de la mañana a diez de la noche. Muchas personas llegaron desde temprano, para dejar flores, veladoras, para orar en silencio, remover el recuerdo y el llanto por su partida.
Este año no hubo grandes familias con música,’ fara fara’ y comida que convivían por horas con su “jefecita” .
Las visitas fueron más cortas por la pandemia que obligó a restringir al 50 por ciento de capacidad y acceso a los cementerios.
Gilberto Quintanilla administrador de los panteones municipales dijo se realizó un conteo exacto de quienes entraron y salieron depanteones, además el acceso y salida fue previamente establecido donde se aplicó gel antibacterial y se tomó la temperatura a toda persona que entraba.
“A las 10 de la mañana habían visitado el panteón del Cero Morelos más de 500 personas y la proyección era que lo visitaran mil 500.
Aunque así como entran, van saliendo ” dijo el encargado.
Dentro de los cementerios, había menos familias que en años pasados; la mayoría señores de más de 40 años y muy pocos jóvenes; muchos prefirieron dejar a los menores en casa.
Fue poca la música , ya que solo se vio un par de duetos fara fara en los recorridos en los panteones municipales, quienes con gusto interpretaron las melodías favoritas de las fallecidas que le pedían sus hijos. Reconocieron los músicos que ha sido escaso el trabajo.
Otros que sufrieron por la poca demanda de empleo; fueron los jóvenes que se dedican a limpiar tumbas.
Las familias tienen poco dinero, prefieren ser ellos quienes chapoteen las tumbas y no pintarlas o adornarlas como antes se hacía; ahora sólo entregan un arreglo de flores.
Se me fue mi madrecita, la única que me entendía y me procuraba
“SE FUE MI MADRECITA”
Sentado al pie de una tumba con una mano en el rostro para ocultar sus lágrimas se halla Matías, de 40 años acompañado por su hijo de 5 años, quienes desde temprano fueron a visitar a su madre y abuela respectivamente. Vestido de short, gorra y adornado de tatuajes en sus brazos, el hombre se quebró al hablar de su madre quien falleció hace 4 años, pero dice su partida le rompe el alma; como si hubiera sido ayer mismo.
“Se me fue mi madre, la única que me conocía, qué me decía “¿Qué te pasa mijo?” Y aunque le dijera que no es nada; ella sabía si estaba triste. Sólo ella me quería” platicó el hombre que escondía un bote de cerveza que metió de contrabando al panteón.
Matías platica que está separado y mantiene a sus tres hijos, por lo cual su madre hoy le hace más falta que nunca y este día más que una celebración es un día muy triste para él.
SUBEN 15 A 20% VENTA DE FLORES
Julio Meade Perales líder de las florerías en Victoria dijo que por el día de madres sufrieron un alza del 15 al 20 por ciento en ventas, aunque buena, no alcanza ni se equipara al flujo que se registraba en años anteriores.
Esto se debe al aumento de la competencia que existe en Victoria dónde existen más de 60 florerías establecidas, a los cuales se suman vendedores ambulantes que aparecen el 10 de mayo y 14 de febrero en cada esquina, quienes pese a ofrecer precios más elevados son los que más venden.
Respecto a que zona de mejor venta, dijo que a quienes mejor les va son aquellas florerías que están alrededor de los cementerio, especialmente las que están frente al panteón del Cero Morelos, son quienes más ventas tienen en estas festividades.
Lamento que la Procuraduría Federal del Consumidor no se encuentre en Victoria, ya que últimamente les han llegado flores de mala calidad, que asegura son vendidas por una bodega que las congela por dos meses.
Al congelar las plantas provoca que duren menos horas al medio ambiente, por lo que existen clientes que se quejan por que se marchitan al poco tiempo; no están acostumbradas a las altas temperaturas de Victoria.
POR RAÚL LÓPEZ GARCÍA




