Igual que el año pasado, cuando nos sorprendió el virus que aún nos mantiene en cuarentena, aunque ya no parezca, la desinformación comienza a meterse en nuestras conversaciones y como virus nos está rondando a todas horas, a estas alturas de las campañas de denostación nadie está exento de recibir mensajería instantánea apócrifa, inventada por un “estratega” o simplemente enviada por un internauta, que pasando por ingenuo, siembra la semilla de la duda, que nos infectará el veneno y de ahí, corre como reguero de pólvora el chisme que mancilla nuestro frágil sistema electoral.
Faltaba más, sobraba menos, sin propuestas sensatas los candidatos apostarán todo su resto a armar más noticias llamativas de sus oponentes, acomodan fechas, firmas, eventos, fotografías y documentos para presentar informes de “investigación” que parecen reales, magnifican el pasado e inventan un texto que desde sus espacios digitales hacen circular a la velocidad máxima que les da su internet.
La infodemia, término que se popularizó con la pandemia del Covid, y que hace referencia a la epidemia de noticias falsas,
es una vieja práctica política, antes bastaba con hacer correr un rumor para tumbar candidaturas o preferencias electorales, ahora con la inmediatez que nos brindan las nuevas herramientas de comunicación, el bombardeo de desinformación es más audaz, actúa con prontitud, alevosía y ventaja.
Y en esta embestida de las “fake news” no se salva el árbitro electoral, el más golpeado por la máxima figura política del país, el que desde antes de iniciar este proceso, ya traía tras de sí una estela de juicios mediáticos que intentan desacreditar la institucionalidad que le otorga el mandato del legislativo. Recordemos aquí que las reglas de la elección no son a ocurrencia del INE, son planteamientos, acuerdos y reglamentos emanados de los propios jugadores, los partidos políticos, que a través de sus representantes legislativos hacen y deshacen las leyes a su conveniencia, su tiempo y su mayoría legislativa.
En este contexto, el INE envía ayer una nota informativa a nivel nacional para calmar ánimos y decirle al ciudadano común que
no se crea la sarta de mentiras que han comenzado a circular respecto al día de la elección, y es que como una cadena de oración se divulgó en todo territorio digital nacional y seguramente allende las fronteras, con nuestros connacionales radicados en el extranjero, que en esta votación sería válido votar con una credencial diferente a la nuestra, que las casillas cerrarán antes, y hasta seguirían formas de cruzar el voto, puras falsedades, esta vez en el mar de mensajes y memes que se rolan por WhatsApp.
“Nadie puede votar con la credencial de INE de otra persona”, las casillas abrirán, como siempre, a las 8 de la mañana y cierra a las 6 de la tarde, pero si todavía hay gente en la fila, permanece abierta hasta que el último emita su sufragio, los lamentables fallecimientos por el Covid son reportados por la autoridad del registro civil y el padrón esta actualizado y no habrá lugar a retrasos, de ninguna índole, para que se desarrolló en paz el proceso de votación, publicó el INE.
La nota aclaratoria del INE, es la primera de la temporada, pero tanto esas como las de los candidatos van aumentar en los días por venir, lo mejor será estar alertas como ciudadanos responsables, primero para detectar las falsedades y segundo para no compartirlas. Los especialistas sugieren tres filtros para determinar la veracidad del mensaje: Lee bien toda la nota, no te quedes solo con el titular, checar la fuente, checar la firma del redactor, checar fechas y en cuanto a fotografías y videos, hay aplicaciones dedicadas a detectar las apócrifas, en México existen varios sitios dedicados desmentir información como VerificadoMX e InfodemiaMx, contrasta la información con otros medios y lo principal, no reenvíes o difundas algo que no hayas valorado verazmente.
El ambiente político y electoral esta enardecido y lo va a estar más conforme se acerque el día de la decisión, no contribuyamos enredando más la comunicación recibiendo y reenviando notas engañosas o falsas, defendamos nuestro derecho al voto libre.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE