5 diciembre, 2025

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Elecciones internas

ENROQUE / JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ

TAMAULIPAS.- Como indicaba la ley, en 1965 los priistas de Tampico se preparaban para elegir al candidato a la alcaldía que, cumplidos los trámites y formalidades electorales, relevaría en el cargo al Ingeniero Vicente Inguanzo Suárez.

Sin embargo, a diferencia de los procesos internos anteriores, la postulación del abanderado del PRI no se haría a la vieja usanza de la imposición y el dedazo, tampoco en privado, sino por la vía de una elección abierta democrática y el sufragio efectivo, como en los comicios constitucionales, pero sin trampas ni componendas, impulsada por el dirigente nacional del partido, Carlos Alberto Madrazo Becerra.

La idea de este método de selección de candidatos instrumentada por el político tabasqueño era democratizar al tricolor; que fueran las bases militantes, no las cúpulas, como era habitual, las que eligieran democráticamente a los aspirantes a los puestos de gobierno.

El experimento político contrarió, por este motivo, a las cabezas de los grupos de poder a los que no les agradaba decidir en las urnas, los que estaban acostumbrados a solucionar en privado, la elección de los gobernantes. Pero no tuvieron más alternativa que acatar las nuevas reglas dictadas por el alto mando y el 17 de agosto, cuando se publicó la convocatoria que fijaba las bases, tiempos y formas que regirían el proceso electoral priista, entraron a la competencia.

El suceso provocó expectación entre la ciudadanía y el interés de los militantes del PRI se transformó en efervescencia cuando se registraron las precandidaturas del profesor Francisco Medina Cedillo, que fuera mi maestro de “Historia Universal” de la Secundaria y Director de la Preparatoria en la que yo había estudiado, la “Matías S. Canales”, que hoy lleva su nombre, el señor Jesús L. Morán, el médico Efraín Mancilla, el ingeniero Bartolo Rodríguez y el doctor Jacinto Rojas Domínguez.

Las simpatías de los militantes, sin embargo, se polarizaron entre los aspirantes de mayor popularidad y peso político: el profesor Medina Cedillo, que recibió de inmediato el apoyo de los jóvenes, los estudiantes y las agrupaciones liberales, y Jesús Morán, al que respaldaban las corporaciones de obreros cetemistas entonces lideradas por Jesús Elías Piña.

Dos meses de intensas campañas proselitistas encendieron el entusiasmo y el apasionamiento en las filas del hasta entonces invencible Partido Revolucionario Institucional.

El Comité Cívico del Comercio Organizado de Tampico encabezado por Gustavo González Terán y Fidel A. Carballo se pronunciaron abiertamente a favor de Medina Cedillo, con el que también se solidarizaron los miembros de los Comités Cívicos que dirigía Arturo de la Fuente Castro, la Asociación Cívica Liberal Tamaulipeca que presidía Ezequiel Hernández y la Sección 33 del Gremio Petrolero. Morán, en cambio, fue aclamado por los Choferes de los Autobuses Foráneos ‘Galgos del Bernal’, la Unión de Transportadores de Materiales, los Huachinangueros y Camaroneros, los Cooperativistas de los Autobuses ‘Azules’, los trabajadores de los tranvías y los ferrocarrileros, la poderosa y obediente estructura obrera.

En medio de un cerrado duelo de pronunciamientos públicos difundido a través de los principales medios de comunicación llegó el día de la elección.

El 17 de octubre a las diez de la mañana se instalaron las casillas en las 15 zonas y 75 secciones en las que se había dividido la ciudad, bajo la vigilancia de los Delegados Especiales Raymundo Flores Fuentes, Pedro Terán Tovar y Manuel Herrera Ángeles. Como se temía, a la hora de las votaciones las pasiones se desbordaron.

Menudearon los gritos, las protestas y en algunos casos se llegó al extremo de los golpes, pero no pasó a mayores y la participación de los votantes fue copiosa.

Cuando concluyó el recuento de las boletas electorales, alrededor de las 8 de la noche, el Profesor Medina Cedillo, que obtuvo 9 mil 150 sufragios, fue declarado triunfador en medio de las protestas de los partidarios de Jesús L. Morán, que logró 8 mil 372 votos, que se quejaban de que los responsables de la vigilancia y desarrollo de los comicios habían actuado parcialmente pero las acusaciones no prosperaron.

El 27 de octubre el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, encargado de la calificación del proceso, declaró válida la elección y ratificó la victoria de Medina Cedillo. En el municipio de Madero, José Zárate Torres derrotó 9 mil 239 contra escasos mil 847 votos al contrincante Manuel Ruiz Torres.

El ensayo democrático asustó tanto a los dueños de las cuotas del poder gubernamental que obligaron al responsable del proceso Carlos Alberto Madrazo a que renunciara al cargo y reimplantaron el sistema de la decisión desde arriba que en el correr de los años provocaron que el PRI perdiera gradualmente el respaldo popular, la hegemonía política y luego la Presidencia de la República.

ENROQUE / JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ

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