El 7 de abril de 2007 el Congreso federal
desaforó al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, al que se acusaba de violar una orden judicial que obligaba a suspender la construcción de una calle. Sin embargo, la resolución provocó tal indignación en el sentir general de la opinión pública que el presidente Vicente Fox se vio obligado a desistirse de la acción legal.
Jurídicamente, el gobierno foxista ganó el juicio de procedencia, políticamente, en cambio, el triunfador fue AMLO.
La clase política del país coincidía en que se trataba de una maniobra urdida por el PRI y el PAN para sacar a la mala al tabasqueño de la carrera presidencial de 2006.
Hoy, como hace 15 años, es el gobierno del presidente López Obrador el que trata de quitarle la inmunidad jurídica al gobernad0r de Tamaulipas, Francisco García Cabeza De Vaca, al que la FGR acusa de varios delitos federales, y, como ocurrió en el caso del juicio del nativo de Macuspana, el suceso ha causado gran revuelo y dividido igualmente el parecer de la ciudadanía.
¿Sucederá lo mismo que a Fox Quesada a López Obrador? ¿Es decir, que el gobierno fe- deral gane legalmente el enjuiciamiento, pero políticamente el triunfador sea el gobernador de Tamaulipas?
No se sabe.
Cabe hacer notar que, independientemente de cuál sea el desenlace del proceso, si la percepción popular piensa que el presidente de la República tiene la razón, la supremacía política de Acción Nacional en la entidad esta- ría en riesgo el 6 de junio, si, por el contrario, los votantes consideran que se trata de una venganza política del gobierno obradorista y de MORENA para someter al mandatario tamaulipeco, como aseguran los panistas, entonces el PAN conservaría el predominio político estatal.
En estos momentos no se han difundido encuestas de opinión que indiquen cuál ha sido el impacto del asunto en el parecer de los electores, de manera que
serán las votaciones las que indiquen quién será realmente el vencedor del conflicto.
Es necesario señalar, no obstante, que, de acuerdo con las mediciones dadas a conocer el 16 de mayo, que son las más recientes, si en estos momentos fueran las elecciones, el PAN se adjudicaría los municipios de Nuevo Laredo, Tampico y Altamira, en tanto que los candidatos de la 4T los de Reynosa, Matamo- ros y Madero.
Según esas mismas mediciones, en Tampico la fórmula de candidatos encabezada por Chucho Nader, Rosa María González Azcárraga, Edmundo Marón y Nora Gómez González, están al frente de las preferencias, mientras que en la urbe petrolera las simpatías favore- cen ampliamente a los candidatos de la Cuarta
Transformación, Adrián Oseguera Kernion, Jesús Suárez Mata y Leticia Vargas.
Cabe aclarar, asimismo, que ha trascendido que los estrategas y operadores del candidato albiazul a diputado por el 20 distrito electoral, Carlos Fernández Altamirano, habrían tomado providencias, como promover el voto cruzado, para evitar que el aspirante a legislador vaya a ser arrastrado hacia abajo por los propios aspirantes panistas al ayuntamiento y al escaño federal, práctica que, como se sabe, ha resultado exitosa desde hace varios ayeres en el vecino municipio.
En los comicios locales de 1995, por ejemplo, el candidato del PRI a la alcaldía petrolera, Enrique Pumarejo Medellín, que obtuvo 16 mil 32 votos, perdió la elección ante el perredista Jorge Mario Sosa Pohl, pero el candidato priista a diputado, Guadalupe González Galván, que derrotó a Gustavo Alonso Morales, consiguió 20 mil 429 sufragios.
Los adversarios responsabilizan de la maniobra a Lupe, al que por ese motivo tildan de traidor a la causa del tricolor, sin embargo, hoy se sabe que la orden de cruzar el sufragio no fue dada por el ex legislador local, sino que habría salido desde la Casa de Gobierno de Tamaulipas.
Se afirma que el gobernador Manuel Cavazos Lerma prefirió entregar la alcaldía a la oposición del Partido de la Revolución Democrática y sacrificar a su amigo Pumarejo, que perder un asiento legislativo en el Congreso del Estado.
Como en ciudad Madero, si el desafuero no produce sorpresas, como las que suponen algunos politólogos, la tercia albiceleste conformada por Ciro Hernández Arteaga, Alma Laura Amparan Cruz y Elizabeth Humphrey, eventualmente mantendría sin problemas el poder del partido de Gómez Morín en la tierra de Cuco Sánchez los próximos tres años.
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