Medio país está sufriendo las inclemencias del mal tiempo, lluvias atípicas de esta primavera están ocasionando inundaciones, encharcamientos y deslaves, dejando una estela de destrucción en viviendas y avenidas casi en los mismos lugares que cada año reportan afectaciones, de nuevo autoridades implementan programas de auxilio inmediato sin resolver el problema de fondo, solo paliativos mientras pasa el temporal.
Y así, como cantando bajo la lluvia, siguen los candidatos en campaña, empapados de sudor y mojando la camiseta, visitan los lugares comunes de marginación social, pero no se conduelen, se toman la foto y les prometen que no les volverá a pasar, si votan por ellos. Promesas ufanas y vanas.
Al tiempo de este temporal, el país entero está metido en la recta final de las campañas políticas, la cuenta regresiva del INE nos indica que faltan sólo diez días para el domingo de la votación, y siete para que termine la jornada propagandística de partidos y sus candidatos.
Lo que resta de los días de proselitismo ya es puro trámite, lo que alcanzaron a decir o a callar, ya está dicho, lo que alcanzaron a repartir ya se les acabo. Ahora tienen solo una semana para ser reiterativos y consolidar, o no, las preferencias electorales.
Tamaulipas, de nuevo tendrá una elección atípica, creo que desde el 2010, aquí no ha vuelto a pasar una elección “normal”, los procesos electorales se nos han presentado con muchos retos a vencer, algunos domingos de votación con inundaciones, otros con candidatos ausentes pero presentes en la boleta, ahora vamos a acudir a las urnas en medio de un torbellino político que no ofrece certidumbre de la institucionalidad. Tenemos mucho que pensar para razonar el voto.
Al clima político adverso, a los vientos turbulentos y lluvias abundantes, debemos agregar el asunto de la pandemia, que, aunque los políticos en campaña hacen creer que se ha vencido el mortal virus, lo cierto
es que la emergencia sanitaria no ha pasado, de ahí que el día de la votación tendremos que acudir con medidas de sanidad extraordinarias.
Cubre bocas obligatorio, gel anti bacterial al entrar y salir, distanciamiento social entre funcionarios de casilla y los electores, y también, por esta ocasión podremos llevar nuestro propio bolígrafo para evitar tomar el que pasa de mano en mano en la urna, además nuestra credencial no será tocada por nadie, solo se colocará a la vista de la mesa de casilla.
Pero mientras llega el día del veredicto final, lo que lloverán serán las encuestas de percepción ciudadana que cada partido nos presenta la que mejor le convenga, cada candidato presume la que pague. Nada nuevo en estos formatos que retratan la intención de un solo día.
En un balance previo a que culminen las campañas, se denota la ausencia en el discurso de los temas que desean escuchar las mujeres, no hay propuestas sensatas que ayuden a bajar los indicies de violencia contra la mujer, no presentan iniciativas para que se asegure el cumplimiento de los derechos de las humanas, ni siquiera se han sentado con las colectivas feministas. Les sacan la vuelta a los planteamientos de género y eluden mencionar los problemas específicos de la población más vulnerables, y va de nuevo el dato: las mujeres que representan el 48 por ciento de la lista nominal.
Los candidatos deberían tomarse este tiempo que les resta para valorar las propuestas feministas, no debe olvidar, que un mundo de colectivas los vigila.
Vienen días de trueno, será una semana intensa, una antesala a la temporada de huracanes que formalmente inicia dentro de ocho días, el próximo martes primero de junio.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE