Lejos de los reflectores que acaparan dos o tres partidos, hay otro grupo de candidatos e institutos políticos que libran sus propias batallas.
Sus objetivos no necesariamente son ganar alguna alcaldía o diputación, pues saben bien que los votos no les van a alcanzar.
En todo caso, tienen la mira puesta en mantener el registro para acceder a las prerrogativas del año entrante, y desde ahí, cimentar una base que los pudiera hacer competitivos en los procesos electorales que están por venir.
PAN y Morena se disputan el poder en el estado. Así lo indican todas las encuestas que en la mayor parte del territorio ponen al PRI en un todavía lejano tercer lugar.
Pero después de ese grupo, conviene observar lo que ocurre en otros dos partidos, que buscan figurar con un candidato propio en la elección del 2022.
Movimiento Ciudadano, por ejemplo, aspira a convertirse en la tercera fuerza política del estado.
El evidente arrastre nacional que ha generado la candidatura de Samuel García, quien muy probablemente será el próximo gobernador de Nuevo León, ponen a ese partido en una situación inmejorable para crecer en todo el país.
De confirmarse lo que pronostican las encuestas, MC ya tendría en su poder dos entidades importantísimas del país, Nuevo León y Jalisco.
Desde esas capitales, bien puede apuntalarse un proyecto nacional que apele a lo que desde ahora intentan: ser una alternativa para quienes no piensen votar por las alianzas PAN-PRI-PRD o por los partidos de la cuarta transformación.
En una contienda tan polarizada como la que vive Tamaulipas, es muy difícil por ahora pronosticar qué resultados obtendrá Movimiento Ciudadano el 6 de junio, pero queda claro que Gustavo Cárdenas ha tendido suficientes lazos con la campaña de Samuel García y Luis Donaldo Colosio, como para pensar que un triunfo en Nuevo León, tendrá aquí sus repercusiones en el mediano plazo.
Al otro partido que conviene tener en la mira es al Verde Ecologista, que recientemente cambió de franquiciatarios.
Atrás quedaron los tiempos de Jesús González Macías, Patricio King y compañía. Ahora, al PVEM lo administra otro grupo político cuyo rostro visible es Ricardo Gaviño Cárdenas.
A trompicones si se quiere, pero por lo menos consiguieron sacar al territorio a un grupo de candidatos que en algunos casos están compitiendo con seriedad.
Si no hay sorpresas, por ejemplo, Tamaulipas tendrá en San Lázaro a un diputado federal del Verde, pues el muy cuestionado ex alcalde de San Fernando, Tomás Gloria, avanza como favorito en el Distrito 3.
Sin embargo, a pesar de los eventuales triunfos que pudieran conseguir este próximo 6 de junio, la mira la tienen puesta mucho más allá.
Detrás de la dirigencia que encabeza Gaviño Cárdenas hay un grupo político y económico que incluye entre otros, a familiares del ex gobernador Eugenio Hernández.
Para muestra, valga recordar que Karl Heinz Becker Hernández, sobrino del ex mandatario, fue inscrito en la décima posición en la lista de candidatos plurinominales de la segunda circunscripción, y con cierta regularidad participa en los recorridos que hace la fórmula que en Victoria encabeza la candidata a la alcaldía, Gabriela Milla.
Quienes conocen los entretelones del Verde aseguran que las funciones de Karl al interior del partido van mucho más allá de las que debería cumplir un simple plurinominal.
Si a esto se suma que son muchos los tamaulipecos que se alquilaron como operadores para ese partido en San Luis Potosí donde disputan palmo a palmo la gubernatura, queda claro que hay muchos interesados en hacer crecer esa franquicia de cara al 2022 y más allá.
De cualquier forma, los partidos que dirigen Gustavo Cárdenas y su sobrino Ricardo Gaviño Cárdenas, este 6 de junio no solo tienen que sacar los votos necesarios para conservar el registro, si quieren trascender están obligados a obtener resultados muy superiores a los de sus últimas elecciones.
Tampoco es tan difícil, el listón no está tan alto.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES