Con los cómputos de la elección prácticamente concluidos, toda la atención está puesta sobre Nuevo Laredo, donde el recuento de votos se extendió hasta el viernes, y Yahleel Abdala insiste en que los resultados del PREP se han ido revirtiendo.
Los estrategas jurídicos del PAN están concentrados ahí, lo mismo que su dirigente estatal, “El Cachorro”, que ayer advirtió que defenderán hasta el último voto para cambiar el sentido del resultado.
No es para menos: ganar Nuevo Laredo significaría para Acción Nacional un logro que no borraría lo estrepitoso de la derrota en los otros municipios grandes, pero que sí ayudaría a plantear un escenario menos pesimista para el 2022.
En términos económicos por ejemplo, el gobierno municipal manejó este año un presupuesto de egresos de 3,376 millones de pesos.
Ninguna otra ciudad de Tamaulipas se acerca siquiera a esa cifra.
También en términos electorales es una plaza importante, pues su lista nominal está integrada por 310,010 posibles votantes.
Es decir, desde Nuevo Laredo se pueden diseñar (y patrocinar) proyectos políticos importantes para el resto del estado.
Además, las dos candidatas que ahora se disputan la alcaldía, pertenecen a familias de larga tradición política en la ciudad, pero ambas tienen aspiraciones de crecimiento más allá de su terruño.
No es secreto que a Yahleel la reclutó Acción Nacional como su carta más fuerte para retener la presidencia municipal, pero también para hacerla crecer en
el contexto estatal, con miras a lo que pudiera ofrecerse más adelante, si se considera la constante necesidad de tener cuadros femeninos para cumplir con las cuotas de género.
Lo mismo ocurre con Carmen Lilia en Morena. Los Canturosas, sobra decirlo, se han convertido en activos políticos importantes para ese partido, y el resultado de esta elección podría darles más protagonismo, o de plano descartarlos para el futuro.
Es mucho lo que está en juego, y que no se definirá por completo una vez que concluyan los conteos, pues seguramente sea cual sea el resultado que arrojen, la elección terminará en los tribunales.
En el otro extremo del estado, mientras se escribía esta columna, cientos de simpatizantes de Morena y del PAN esperaban afuera de las instalaciones del Consejo Electoral de Altamira, a que saliera el presidente en funciones a dar a conocer los resultados del recuento.
El PREP le había dado una ventaja sólida de casi 4,500 mil votos a Armando Martínez sobre Ciro Hernández, pero conforme avanzó el conteo la situación comenzó a tornarse cada vez más tensa.
Más, cuando los representantes legales de Morena denunciaron que al interior se estaba cometiendo un fraude.
Esta elección, igual que la de Nuevo Laredo, será definida por los magistrados electorales.
En el resto de la entidad, los resultados terminaron más o menos como los retrató el PREP; salvo en Valle Hermoso donde
el PAN le dio la vuelta, no hubo mayores cambios.
Lo mismo ocurrió con las nueve diputaciones federales, y las 22 diputaciones locales.
Ahora viene lo bueno; el reparto de plurinominales en el Congreso local, que también pase lo que pase, será motivo de pleitos legales.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
