Este viernes 25 de junio 2021 entra en vigor el primer tratado internacional para enfrentar la violencia y el acoso laboral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está por lanzar una campaña mundial para promover la ratificación del Convenio 190, a dos años de que entro en vigor el primer acuerdo de este tipo, el cual no ha sido singado por México.
Los seis países que ya están jurídicamente obligados a cumplir sus disposiciones son Argentina, Ecuador, Fiji, Namibia, Somalia y Uruguay. Este decreto reconoce el derecho de toda persona a trabajar en un entorno libre de violencia y acoso, y presenta un marco común para la prevención, detección y acción frente a este tipo de violencias.
Esta semana, la OIT recuerda a los líderes de las naciones y los gobernantes en todos los niveles, que “la violencia y el acoso en el trabajo adoptan muchas formas que causan daño físico, psicológico, sexual o económico”. Y la pandemia ha venido a empeorar las cosas, ya que se han incrementado las denuncias relacionadas con el acoso, en particular contra las mujeres y los grupos vulnerables.
“Ningún trabajador, ninguna mujer, ningún hombre, ningún pasante, ningún migrante, debe elegir entre su derecho a laborar y su dignidad e integridad física, mental y sexual” dice el eslogan que promocionarán a nivel global para alentar a las sociedades a exigir a sus gobiernos que se unan a este tratado que en el apartado 190, fija la primera definición de violencia y acoso en el mundo del trabajo, con una inclusión de la violencia y acoso por razón de género.
México firmó apenas el año pasado ante la OIT, el convenio 189, que busca saldar la deuda histórica con las 2.3 millones de personas que se dedica al trabajo del hogar remunerado, este convenio debe entrar en vigor el próximo mes de julio, con leyes, normas y reglamentos constitucionales que garanticen a las y los trabajadores del hogar acceso a los derechos laborales que disfrutan los demás trabajadores, como
la eliminación del trabajo forzoso y la discriminación en materia de empleo, entre otros tantos.
Sobre el nuevo convenio, aquí todavía no hay novedad, México llega tarde a todo y como se ha constatado, el presidente López Obrador es reacio para aceptar sugerencias internacionales, y peor aún si tienen que ver con igualdad de género, rechaza por default todo lo que las feministas propongan y niega que sea existan diferencias, para hacer valer, los derechos humanos entre hombres y mujeres.
El discurso demagógico de soy humanista y no feminista nos hace prever que no se interesará en el nuevo convenio, que el Director de la OIT Guy Ryder explica ayudaría mucho a construir una vida laboral digna, segura y saludable tanto para empleadores, como los trabajadores y sus organizaciones.
“Un futuro del trabajo mejor está exento de violencia y acoso” dice en su mensaje al inicio de esta campaña mundial.
En México, antes de la pandemia, El Economista publicó cifras de la CNDH, que sustentan que el 80 por ciento de los trabajadores declara haber presenciado un acto de acoso en la oficina y que en el 74 por ciento de los casos esta conducta es ejercida por los jefes. Y este “mobbing” o acoso laboral provocó que 18 mil personas, en 2017, decidieran abandonar su empleo.
El INEGI nos cuenta que el acoso laboral es la tercera causa de violencia contra las mujeres y ante esto el INMUJERES presentó para las oficinas federales un protocolo ético que pretende, aún sin éxito, erradicar esta práctica misógina arraigada en la cultura mexicana, el tibio reglamento de buena voluntad no ha sido socializado y es una réplica de los preceptos que ya contiene la Ley Federal del Trabajo y que es muy difícil de aplicar debido a que falta voluntad política.
La pandemia nos orilló a cambiar hábitos en todos los sentidos y en los laborales también, ahora el acoso laboral de las oficinas se metió a las redes sociales, de ahí que vendrá muy bien la propuesta, que ojalá provoque diálogo y debate social para que se acepte con prontitud en nuestra nación. Por un trabajo libre de violencia y acoso para todos.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE