Casi un día completo tardaron más 300 haitianos para salir de San Fernando con dirección hacia Reynosa, en busca de un mejor futuro y huyendo de la crisis humanitaria que atraviesa su país.
Finalmente, después de una larga jornada de tensión e incertidumbre, lograron llegar a la frontera tamaulipeca, aunque su destino siga siendo incierto, pues la mayoría fueron llevados a la estación migratoria de Reynosa, donde se resolvería su situación legal para poder esperar en suelo mexicano, su solicitud de asilo político en Estados Unidos.
A las 11 horas de la mañana de este sábado 18 de septiembre del 2021, salieron de San Fernando, a donde un día antes habían llegado, tras ser bajados de los autobuses en los que viajaban en el kilómetro 134 de la carretera federal Victoria-Matamoros.
Los haitianos y otros pocos de los países de Cuba y hasta de África, denunciaban que el Gobierno de México “atropelló” sus derechos al bajarlos antes de llegar a la frontera tamaulipeca por “no traer papeles”.
“Es un abuso de los militares y de migración habernos bajado y tenernos aquí (San Fernando) por no traer papeles, ¿por qué no hicieron eso en los otros estados?; tenemos papeles y permisos para cruzar por Mexico”, expuso Wiston, uno de los voceros que el Expreso entrevistó cuando se encontraban asegurados en el Centro de Convenciones “Manuel Cavazos Lerma” en la localidad de San Fernando.
La noche del 17 de septiembre, pernoctaron en esas instalaciones, niñas, niños, jóvenes y adultos de edades entre los 1 a los 40 años en su mayoría.
El sábado, casi a medio día, salió la mayor parte de la caravana caminando por casi 20 kilómetros hasta llegar al retén federal conocido como la “Y” (i griega).
Tardaron un mes y medio cruzar por México desde Tapachula, Chiapas, para llegar a San Fernando, Tamaulipas, con miedo, incertidumbre y hasta experiencias de extorsiones que les costaron miles de dólares a los que hoy pasarán su noche en Reynosa.
En su caminar bajo el intenso sol y un calor de 34 grados con sensación térmica de 39ºC, tuvieron varias paradas para descansar y beber líquido que los tamaulipecos ofrecieron solidariamente a los migrantes.
Una de ellas en el ejido Francisco Villa, a unos tres kilómetros de la “Y”, donde emprendieron rápidamente su camino hasta llegar a donde se esperaba un disturbio con personal federal.
Algunos llegaron primero, quienes traían niños pequeños y hasta en carreolas, pues viajantes los subieron a sus vehículos hasta llegar al retén militar.
Poco a poco y casi cerca de las 4 de la tarde, arribaron los cerca de 300 haitianos y de otras nacionalidades.
Liderados por sacerdotes, pastores evangélicos y hasta titulares de asociaciones civiles, llegaron al kilómetro 202 en San Fernando; una gran cantidad de elementos de la Guardia Nacional y del INM esperaban armados y con apoyo de policías antimotines el cruce de los que un día antes habían asegurado.
Lo que podía haberse convertido en un encuentro violento entre migrantes y personal de la Guardia Nacional no sucedió, todos cruzaron sin impedimento alguno la “Y”, dejando atrás a la autoridad y bajo los gritos de júbilo.
Pero ahí empezó de nievo la incertidumbre; ayudados por tamaulipecos que los llevaron en sus camionetas, lograron arribar a las inmediaciones de Reynosa donde ya estaba instalado otro aparatoso retén de la Guardia Nacional, esta vez con más personal, preparado con escudos.
Ahí llegaron autobuses del Instituto Nacional de Migración que los trasladarían a la estación migratoria de Reynosa.
Desconfiados, pero sin más opciones, muchos de ellos los abordaron para ser llevados a esa ciudad, unos más, lograron burlar el cerco de la Guardia Nacional y cerca de las 10 de la noche entraron a la ciudad.
En todos los casos, su destino sigue siendo incierto.
Por Antonio H. Mandujano/Jorge Castillo
Expreso-La Razón