El Caminante decidió buscar en los grupos de ventas de Facebook un neumático usado para reemplazar la refacción de su viejo Nissan Sentra.
Al abrir la red social se topó que la mayoría de los grupos estaban tapizados con publicaciones que ofrecían la inscripción a los programas sociales del Gobierno Federal.
Los posts afirmaban que por su conducto accederían a los programas de “Ayudas para Madres Solteras”, “Crédito A La Palabra PYMES”, “Banco Del Bienestar Otorga 50 mil Pesos Para Negocios” y “PYMES 2021: Banco De Bienestar” entre otros.
Lo curioso del caso es que los perfiles de quienes publicaban, son de personas ¡de Venezuela!
Algunos de los susodichos, incluso habían cambiado su lugar de residencia a ciudades como Morelia, Monterrey o Tijuana, pero en su información aparecía que habían estudiado en ‘liceos’ de Caracas o que apoyaban páginas o causas ‘bolivarianas’, incluso en sus fotografías aparecen compartiendo fiestas o abrazados de amigos de Maracay, Maracaibo o Cumaná.
El Caminante, curioso como suele ser, trató de contactar a alguna de las personas que hacían estos ofrecimientos, sin embargo todos y cada uno de ellos (más de veinte) sólo respondían de la misma e idéntica forma: “Hey, para más información haz clic en mi foto de perfil y luego en el link que te manda a la página para completar el formulario”.
Tras investigar un poco más del asunto, descubrió que toodas estas publicaciones lo que en realidad buscan es sustraer los datos de personas o perfiles de la red social, lo cual les reditúa en ganancias económicas, y que muchas veces, sirven como puerta de acceso a aplicaciones de bancos, o formas de pago de sitios como Amazon, Mercado libre, Allexpress, etc.
Lo grave del asunto es que muchas personas, debido a la necesidad imperante de apoyos que hay actualmente debido principalmente a la pandemia del covid-19 que ha afectado de manera enorme a la economía, son víctimas de este tipo de estafas.
Fue precisamente en la pasada contienda electoral cuando empezaron a aparecer con mayor frecuencia estos intentos de fraude, debido a que el ambiente tan politizado de las campañas era aprovechado por delincuentes cibernéticos.
Incluso, llegó a ocurrir que se hacían llamados a la población (en plena veda electoral) de que acudieran a tal o cual dirección para ser inscritos en el padrón de beneficiarios de los programas sociales más conocidos.
Otro de los ilícitos que ocurren constantemente, es la usurpación de funciones públicas, ya que hay personas que dicen ser servidores públicos, cuando en realidad no lo son, lo que se sanciona con prisión de uno a seis años.
En ciudades como Tapachula y Acapulco hubo aglomeraciones de personas que se presentaron a entregar sus datos de manera voluntaria, sin saber que se prestaban a una estafa, pero al ser descubiertos por la prensa, los organizadores de estos actos cerraban los locales ocupados dejando a cientos de personas molestas, pues estaban en la creencia de que en verdad iban a ser enlistadas.
También por medio de Whatsapp empezaron a circular mensajes falsos sobre apoyos del gobierno federal con la supuesta entrega de tarjetas para el bienestar y 25 mil pesos en efectivo.
Lamentablemente estos links los llevaban a páginas apócrifas con la intención de robar información personal o confidencial.
Otra modalidad para cometer fraude era pedir cierta cantidad de dinero a cambio de un registro o de un beneficio.
El gobierno federal a través de sus canales de comunicación ha hecho reiterados llamados a la población para que no se dejen sorprender, tras detectar a personas que utilizan imágenes institucionales para estafar (la falsificación de documentos públicos, un delito que se sanciona con cuatro a ocho años de prisión).
Es necesario que la población esté atenta a la información oficial, para evitar ser víctima de estos estafadores que no solo cometen delitos, sino que directamente lucran con las necesidades más básicas de la gente. Ojalá que las autoridades tomen cartas en el asunto y mantengan una estricta vigilancia de las redes sociales y que no haya más ciudadanos defraudados, demasiada pata de perro por esta semana.
Por Jorge Zamora