A un costado del cuerpo y de todo, viaja el amor escondido y libre. Suele intervenir el pensamiento o sin pensárselo mucho dar el más repentino beso. Suele equivocarse sin esfuerzo, el amor siempre es ingenuo y travieso. Es como miel sobre hojuelas, o si caes te levantas muy despistado como si nadie te hubiese visto.
A veces el amor juega con nosotros, hace que nos niega y a veces nos acepta a la primera. Es un niño corriendo ante los ojos de una madre desprevenida. El amor es lo que somos ahora pensándolo y en el parecido de los espejos.
Democrático, el amor es un hijo de lo sincero, hijo del amor igual que él y que el mundo entero. Es un ser sin dinero, con las bolsas llenas de ilusiones y de cosas buenas. El amor es un silencio inocente, un instante tímido y arrobador de la mente, de pronto una abstracción que nos lleva a un lugar sin límite.
Sé ama lo táctil y lo volátil, la imaginación es un amor a modo, y se ama el pensamiento confabulado con otro para sentir lo mismo, se ama con la voracidad del viento que se lleva el vestido, la soledad y el oscurecido miedo a estar solo. Se ama todo sin prejuicios.
El amor es un libro que se escribe poco a poco. Cuando empieza a escribirse es muy parecido a cuando dicen que termina. A veces cuando acaba un amor es cuando realmente reinicia. Pero el amor es eterno. Es el amor, el amor verdadero y único.
Sin amor no es posible la existencia en este planeta generoso. Y existimos gracias a nosotros y también al resto. Gracias a Dios. Existimos gracias a todo lo que nos rodea y necesitamos.
El amor nace pegado a otro y crece buscando otros nombres, sitios distintos, distantes o cercanos, profanos o acólitos, serenos o disparatados, locos o cuerdos, el amor es la búsqueda de uno mismo. El amor es finalmente un encuentro que se funde en otro.
El amor es el tanque de doscientos litros donde todos cabemos y sacamos la cabeza para observar el universo ajeno. El amor siendo de uno es de todos y hay quienes pelean por ello. Por amor se hizo una innecesaria guerra en la cual todos perdieron. Hubo aquellos que se cortaron las venas con una lechuga y otros se serrucharon el cuello con una pluma de pájaro.
Dar es amor, pero dar es también recibir y se recibe con el mismo amor con el que se da y esa es la más amplia manifestación del corazón. Quien recibe acepta generoso el hecho desinteresado
El amor es la solución de los conflictos, es el ego del ego que lucha y pierde caminando pensativo por la cuadra del barrio. El amor es la lluvia profunda y densa que nos hace pensar en lo lindo de la ciudad cuando escampa y brilla.
Luego de que se quita la lluvia el amor sale de la marquesina y continúa la narrativa. Hagamos el amor, alguien dice, y el amor ya hecho desde antes o desde entonces, fue una mirada, una llamada inesperada, fue un saludo inadvertido fue un instante sonriente, fue la ventana y el paisaje, fue una palmada, un mensaje de texto. Un beso de esos que no se olvidan.
Amar es entrega absoluta sin pensar ni curstionárselo, porque el amor es sabio y no hay secretos en el mundo donde todo se sabe. Y por eso, acaso por amor a nosotros, el amor carga con todos los adjetivos.
El amor es ciego, el amor eres tú, el amor es constante, todo lo sabe y lo perdona, el amor es real y sincero, es un poema, una flor en el campo, el amor es como el viento, el amor es todo lo que existe y el amor es Dios y nosotros juntos y solos, cuerdos y locos.
El amor entonces es terco, tóxico, humilde o poderoso, es fuerte y débil, apasionado, es llanto, risa, dolor, origen, el amor eres tú y soy yo muy juntos como si fuésemos uno solo. Y entonces el amor es una rosa en el cuarto, una bella melodia que nos habla y nos habita y nos dice que nos ama. Después de la lluvia.
HASTA PRONTO.
Por Rigoberto Hernández Guevara