CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- El agua en la región del Altiplano tamaulipeco se acaba y pone en riesgo el abasto del vital líquido de cientos de comunidades rurales de los municipios de Jaumave, Tula, Miquihuana, Bustamante y Palmillas.
En la última década en esa región se realizaron importantes inversiones que permitieron abrir más de 2 mil hectáreas de olivos para la producción de aceituna, cerca de 400 hectáreas de limón italiano y hasta un viñedo, cultivos que requieren de importantes cantidades de agua, por lo que están secando los pozos de agua de esta región.
Raúl Quiroga Álvarez, experto en temas hidroagrícolas indicó que las cuencas Palmillas – Jaumave y el acuífero Tula – Bustamante, están siendo sobre explotadas para el riego de esos cultivos y de no llover pronto podrían secarse.
“Los mantos acuíferos están agotados y han dejado sin agua a muchos ejidos en municipios como; Tula, Miquihuana, Bustamante, Palmillas y Jaumave, donde existen disputas legales entre grupos de campesinos con empresarios y productores, debido a que han secado los pozos que suministraban el vital líquido a esas poblaciones”, señaló.
Cuenca Palmilla-Jaumave es foco rojo por CONAGUA
Quiroga Álvarez, advierte que la cuenca Palmillas – Jaumave, está convertida en un foco rojo en Tamaulipas, donde la sobre explotación que se está dando y está provocando que pozos que antes surtían de agua potable a comunidades o atractivos turísticos como la Cascada “El Salto”, en Palmillas se estén secando.
“Están cometiendo un ecócidio en esa región del altiplano tamaulipeco, luego que en los últimos años se abrieron cientos de hectáreas para el cultivo de limón y hasta viñedos, pese a que esa zona no tiene capacidad para generar la enorme cantidad de agua que se requieren para hacerlos producir, situación que está afectando a las poblaciones de esos municipios”.
Desgraciadamente la CONAGUA tiene más de 30 años que no realiza un estudio para conocer la situación como están actualmente las cuencas, como la Palmillas – Jaumave, donde el organismo afirma que aún hay capacidad y sigue entregando títulos de concesión, cuando las fuentes de abastecimiento están agotadas.
“El ejemplo más claro es la cascada “El Salto”, que está casi seca, cuando antes era uno de los atractivos turísticos más importantes de esta región, ya que el agua se la acabaron con la creación de huertas de limón y viñedos”.
Los ejidos afectados por el despojo del agua son; José María Morelos o el Nopal, San Lorencito, Gustavo Cazares, Alamito, Padrón y Juárez, Jaumave, el Ingenio y Matías García, quienes ya han tomado medidas para frenar el saqueo de agua, como fue el cierre de tomas ilegales a lo largo del Guayalejo.
El experto Quiroga Álvarez, dijo que esa unidad de riego tiene una concesión para extraer 13 millones de metros cúbicos, que permitían regar cultivos en 2 mil hectáreas de las diversas comunidades rurales, sin embargo, desde hace cuatro años ya casi no hay agua.
“El agua ya no llega ni a la mitad de las comunidades que tienen una concesión, debido a que el consorcio de limoneros bombea agua desde un punto denominado El Charco Azul y se la acaban al regar sus huertas”, indicó. A pesar de que se han presentado diversas quejas y denuncias ante la CONAGUA, desde 2017, hasta ahora no han sido atendidas y el organismo sigue otorgando concesiones.
“Ahora sabemos que se abrió un viñedo en Jaumave, que no debería ser debido a que la uva requiere una gran cantidad de agua para producir, por lo que el saqueo de la cuenca del Guayalejo sigue aumentando”, dijo.
Por Antonio de la Cruz
EXPRESO-LA RAZON