Una de las condiciones que se establece para los países desarrollados está asociada con el porcentaje de la población que trabaja con el total de la misma. En los países desarrollados se estima que entre 60 y 70 por ciento de la población trabaja y es esta la que sostiene al resto de la población. Haciendo esta comparativa con México, se identifica que para 2021 la población que trabajaba representaba 44.1 por ciento, proporción que históricamente ha prevalecido en el país. Esto significa que menos de la mitad de población trabaja y sostiene a la mayoría de la población.
Lo anterior ha provocado que México siga siendo considerado un país subdesarrollado. Para cambiar esta situación resulta prioritario que se generen mayores fuentes de empleo para que más proporción de la población trabaje y sean menor la proporción de la población que se sostiene.
Otro indicador que muestra signos de subdesarrollo en México se asocia con el crecimiento de la población y la generación de empleo. En la última década, la población creció en 13,302,495 personas y en esa misma década se crearon 10,271,794 empleos, esto significa que existe un déficit en la generación de empleo en la última década que asciende a los 3,030,701 empleos. Además, del total de empleos que se generaron se observa que 60.3 por ciento son empleos formales, mientras que el resto son empleos informales.
Es fundamental considerar la formalidad del empleo debido a que las condiciones de la población trabajadora está supeditada a las prestaciones que se asocian al trabajo. Un trabajador formal generalmente tendrá acceso a servicios de salud, crédito de vivienda, incapacidad médica, guardería, Afore, entre otras prestaciones. Por ello resulta prioritario fomentar la creación de empleo formal, sobretodo en un país que aspira a elevar los niveles de vida.
Hoy México continúa con un enorme potencial de crecimiento económico; además de las fuentes de recursos naturales que existen, también cuenta con un bono demográfico que puede contribuir de forma significativa en la productividad del país, lo que significa que se colocaría como un país muy atractivo para la inversión nacional y extranjera. Este bono está compuesto por la segunda mayor proporción de la población en edad de trabajar, con edades entre los 20 y 29 años, población que su mayoría se encuentra preparándose en las universidades.
Pero para obtener los beneficios de este bono demográfico es necesario la creación de un plan económico regional o local, que específicamente integre a los sectores más competitivos de estas zonas, y se cree un sistema productivo local competitivo, que emplee a esta población capacitada. Con estas condiciones se genera una sinergia económica que elevará el empleo y la calidad del mismo, siempre con la premisa de que los beneficios se trasladen a través de las diferentes cadenas productivas, de tal forma que el beneficio sea generalizado y se alcancen mejores condiciones de vida, elevándose con ello el nivel de bienestar de la población y del país. Usted ¿qué piensa?
Por Jorge Alberto Pérez Cruz