Nosotras no somos Carlos Loret, ni Andrés Manuel, ni José Ramon, ni Roberto Palazuelos, ni Carlos Alazraki, ni Claudio X o más hombres empoderados en su política que predominan en los titulares de prensa, y toda la conversación nacional gira en torno a ellos, a sus declaraciones, debates, diálogos filtrados, ciertos o falsos, dimes y diretes que entretienen al colectivo nacional y dejan fuera temas importantes que están afectando a más de la mitad de la población y a más de la mitad del padrón de votantes, las mujeres.
La agenda feminista que es cubierta por agencias y portales de noticias de género y que si da seguimiento informativo a los temas de las mujeres registraron el debate legislativo sobre vientres de alquiler; la petición de la CNDH de acciones urgentes a favor de las mujeres en prisión por abortar y la urgencia para que los congresos estatales legislen ya sobre el derecho a interrumpir el embarazo sin restricciones; hablaron de las víctimas de Andrés Roemer que son más de 60 y tienen una año esperando justicia y de la revictimización de la que son objeto por las instituciones encargadas del caso.
La prensa feminista también aporto datos interesantes sobre la conmemoración del 15 de febrero, Día de la Mujer Mexicana, que se celebra desde 1961 como una iniciativa para el respeto a los derechos políticos de las mexicanas, también colocó entre sus notas las exigencias de una vida libre de violencia para las mujeres, al dar a conocer las recientes cifras del INEGI, que con la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, confirma que en México 66 de cada 100 mujeres mayores de 15 años revelan sufrir o haber sufrido violencia de cualquier tipo.
Mientras tanto, esta semana y durante el mes del amor y la amistad, los medios tradicionales y digitales han dado rienda suelta a cubrir la nota, desde su perspectiva patriarcal, con recomendaciones del amor romántico que las vuelve sumisas a ellas y los empodera ellos como príncipes azules que llenan de flores y peluches a sus novias. Estigmatizan las relaciones de pareja, reafirmando los estereotipos de género.
Además, y porque son personajes que venden mucho, la prensa, no solo la del espectáculo o el corazón, se ha volcado a narrar el rompimiento de Belinda y Nodal, dando más espacio a las especulaciones sobre ella que a la conducta de él. Otra mujer que ganó portada esta semana fue Elba Esther, por su boda, y su posible regreso a la política mexicana, pero se le dio seguimiento a este evento con morbo y por la fuerza política que aún representa ella. Todos sin lentes violeta.
Es realmente difícil colocar las notas feministas en los medios, con excepciones honrosas como la de este medio, el Grupo Editorial Expreso – La Razón, que coloca en sus pantallas multimedia y en la prensa, La Infiltrada, entrevistas con mujeres que buscan empoderar a más mujeres, y mediante este mismo espacio de opinión, En Boca de Todos, que todos los días intenta incidir en la agenda mediática para destacar los temas que más nos importan como mujeres.
“Sin periodistas no hay democracia” sentenció el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldívar al hacer patente su solidaridad con la prensa nacional, a esta expresión debemos añadir que sin periodismo feminista no hay democracia, que sin las mujeres que son la mitad de la población es imposible hablar de democracia. El periodismo feminista llegó para quedarse y es necesario para interpelar y cuestionar al sistema patriarcal y frenar el machismo que impera en la construcción noticiosa de cada día.
Por Guadalupe Escobedo Conde