TAMAULIPAS.- Desconozco cuántos periodistas abrevamos en el chiche de Don Manuel C. (Cristóbal) Montiel Govea.
Todo un ícono del periodismo tamaulipeco, nacional y transnacional.
Pero me uno al homenaje que le rindieron diversas organizaciones, el viernes que nos antecede (marzo 4).
A Don Manuel, hace más de cuatro décadas lo conocí en ‘Rotativo’ (un periódico diario que otrora circuló profusamente en la Ciudad de México), al contratárseme como secretario de redacción.
Él fungía Director Editorial y me mandó ¡a la chingada! porque mi tarea no le satisfizo. Corregí, una y otra vez, hasta que me aceptó como editor de la sección internacional.
Luego me encargó editar las secciones metropolitana y política.
Y hasta rellenar los espacios en la primera plana diseñada por él. Pero siempre consultándolo, vía telefónica, sobre los materiales a insertar.
Ahí iniciamos una relación que, después, se volvió estrecha.
En corto tiempo hizo montar mi escritorio al lado suyo, que ocupé para darle secuencia al proceso del diario, pues entonces me agarró confianza.
Cuando renunció como Director –tenía yo acaso 23 años–, me ofrece ir a Guadalajara (Jalisco) como Jefe de Redacción y, posteriormente director; y a menos de un año me pidió regresar a la Ciudad de México para apoyar un nuevo proyecto.
Me encargué, al retornar al entonces DF, de la jefatura de redacción de ‘El Periódico, primero; y luego fui subdirector.
Él se desprendió por estar en desacuerdo con la línea editorial.
Meses después reapareció como director de ‘El Sol de México’, ‘Sol del Estado de México’ y ‘Sol de Mediodía’ (donde también colaboré). Y al separarse me recomendó con Carlos Cantón Zetina y su hermano Miguel, para publicar en ‘Excélsior’ dominical y ‘Quehacer Político’, donde fui sub director editorial.
Nos distanciamos por algunos años, por tomar caminos distintos.
Él se vino a Tamaulipas –como coordinador de Prensa del (entonces) gobernador Américo Villarreal Guerra–, y yo me dediqué al periodismo de investigación, siendo enviado especial en toda la República Mexicana y varios países, hasta que fui concentrado en la Ciudad de México como subdirector de un periódico nacional: México Hoy.
Al renunciar a éste me contrataron en ‘El Mañana’ (de Reynosa), para hacer reportajes de investigación y después hacer una columna dominical.
Allá viví cerca de seis meses, hasta llegar a Ciudad Victoria, porque el ofrecimiento fue abrir un medio en esta capital, del cual sería responsable.
No se concretó.
Corría el año de 1997, encontrándome nuevamente con Don Manuel.
Él me pidió irme del estado. Por las circunstancias, pero insistí, en que mi trabajo profesional me obligaba a estar en la localidad hasta en tanto no se resolviera el proyecto.
Ante mi necedad él me deseó suerte y otra vez coincidimos en tertulias.
Retomamos la amistad.
El cariño entre hombres bien nacidos.
Por él conocí a figuras importantes del periodismo estatal, como Pedro Alfonso García Hernández y Alberto Guerra Salazar; a empresarios de este medio (José Villarreal Caballero y Adalberto Garza Dragustinovis); y, luego, por trabajo propio, traté con la clase analítica del periodismo estatal: ‘Lupe’ Díaz Martínez, Fernando Acuña Piñeiro, Francisco Cuéllar Cardona, Víctor Contreras, Carlos López Arriaga y un mar de gente que, también, abrevaron del conocimiento de Don Manuel.
Por ello, celebro el homenaje que le rindieron diversas organizaciones periodísticas, pues Don Manuel es un ícono en el periodismo.
Como profesional, incomparable;
Como amigo, el más;
Como solidario, mis respetos; y
Como funcionario, intachable.
Incluso en todo el país, no hay quien pudiera opinar lo contrario, pues Don Manuel siempre defendió la legalidad y hasta roces tuvo con sus jefes para defender al gremio periodístico.
Él jamás se sometió a la instrucción gubernamental.
Hasta el grado de varias veces presentar su renuncia por los excesos y acciones pretendidas contra la prensa.
Es mi amigo.
Y le mando bendiciones, abrazos y un beso fraternal.
Se los daré personalmente, en cuanto me lo permita Cristóbal, su hijo.
¡Felicidades por tan merecido reconocimiento!
Él, como periodista, fue desde ayudante de redacción, reportero, secretario de redacción, jefe de redacción, subdirector, director; jefe de prensa a nivel federal, estatal y transnacional.
Y sobre todo, sigue siendo un gran maestro.
Correo: jusam_gg@hotmail.com