22 septiembre, 2025

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Sin embargo 

CRÓNICAS DE LA CALLE / RIGOBERTO HERNÁNDEZ GUEVARA

TAMAULIPAS.- Y sin embargo la vida siempre ha estado llena de contrariedades. Nos enojamos porque van hacer peatonal la calle Hidalgo o porque no van a hacerlo,  porque ya se tardaron y lo pensaron mucho. Hicimos berrinches porque modernizaron el zoológico y ahora vamos todos los domingos. Además, para nosotros todos los billetes nuevos son falsos  y no los aceptamos en principio, hasta pasado algún tiempo. Nos enojamos por nosotros, nos enojamos que después nos reímos de habernos enojado. Y muchas veces queremos enojarnos para después reírnos mucho, tenemos eso de niños.

Todos hablan de disfrutar la vida al máximo. Y sin embargo la vida es la vida y se da de todas maneras. Además la vida es inevitable, se vive aunque no se quiera, pocos son los suicidios irrefutables, el resto son regazones,  alteraciones de un momento. Y así como hay vida en la tristeza, hay vida en la alegría, y esa es la vida. Cuando haya otra me avisan.

La gente quiere sentirse contenta y además así expresarlo. Quieren que la vean justo en el momento de la sonrisa perfecta con los dientes blanquísimos, con el Photoshop en la arruga indiscreta o al menos así salen las miles de fotos que se toman sin que nadie se dé cuenta.

La felicidad es disfrutar la vida aunque hay un pequeño viacrucis para lograrlo , pero usted y la vida se preguntarán que dónde venden eso, adivinó usted, en la esquina. Cómprese un gansito y un refresco, compre el chocolate que sale en todos los anuncios cuando usted no trae ningún cinco.

Entonces si no trae ningún cinco, quédese pensando, sea feliz con eso. Se puede pensar y ser feliz, y se puede ser feliz sin pensarlo. Es feliz quién es feliz. El que lo duda sonríe a la fuerza y a veces sonríe uno más veces por dentro que por fuera, porque a veces puede más el pudor, que andar pelando la mazorca donde quiera.

No creo que eso de andarse riendo a la fuerza como un político sea lo más aconsejable. Uno debe sonreír de a de veras, que la risa sea espontánea y no un simulacro estudiado, premeditado o de alguna manera obligada. Es decir, una risa ingenua y no una risa establecida como una estratagema.

Se puede ser serio y establecerse en todos los respetos y ahí llevar la dignidad a la patria, a todos los lugares donde usted vaya y se puede ser feliz con eso. Se puede querer todo para sí y lograrlo y ser feliz con eso sin remordimiento alguno, se puede no creer o ser creyente y ser feliz e infeliz al mismo tiempo.

Se puede amar o no amar y a quién le importaría si adentro de una casa habita un ser distinto cada día, quién sabe lo que hay adentro de un alma y de otra o de todas juntas. Desde afuera los vecinos los ven pasar, son los que no hablan, son los mudos, los que nadie saben cómo se llaman. Los chiquillos les han arrojado piedras por las ventanas y también las señoras. Se es feliz con lo que cada quien quiere,  con lo que cada quien compra. Tal vez por eso los vecinos envidiosos los vean pasar y  ellos no se dan cuenta.

La vida para eso es una canción, una silla cómoda, una servilleta con un dibujo. El chiste es muy sencillo para que todos sonrían.

Somos tan contradictorios que, así como hay quien buscan disfrutar la vida a través de lo más cómodo, hay quienes disfrutan la vida en los sitios más inhóspitos. Mientras unos quieren estar cerca, otros quieren estar lejos, en el tablero prefieren las blancas a las negras o no se sienten a gusto. En esta vida se tiene derecho y no se tiene derecho, se puede presionar y no ejercer presión ninguna, se puede vivir bajo presión y ser feliz con eso. Se puede vivir triste, se puede vivir con eso.

Se puede disfrutar mientras se busca un objeto extraviado, se puede disfrutar una reconciliación, una cachetada con guante blanco, una vuelta de la rueda de la fortuna, una pequeña tristeza rodando por la mejilla. Se puede disfrutar una noche sin luna, una terrible noche de tormenta, en una vida imperfecta cómo está.

Se puede ser feliz por nada, viendo que un perro pasa afuera de la casa. Se puede ser feliz con todo lo que la vida tiene, con todo el peso aplastándolo a uno, con todo el ruido arrebatándole el silencio de los oídos. Se puede ser feliz sobre los muebles, sobre las casas, sobre los entrepaños de los libreros, en los cuadernos, en las palabras que nos dijeron y se puede ser feliz aún en las palabras que no nos han dicho. Estoy seguro que se puede ser feliz por todo.

HASTA PRONTO.

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