TAMAULIPAS.- Un Decreto Gubernamental publicado el 13 de julio de 1985 en el Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas estableció por primera vez la protección a la Reserva de la Biósfera El Cielo, misma que dos años después entró a la Red Internacional del Programa El Hombre y la Biósfera por mostrar una estrecha relación entre conservación y desarrollo.
Es la cuarta reserva de Biósfera reconocida con esta categoría por la UNESCO en México.
“El Cielo” tiene una superficie de 144,530 hectáreas, que está compuesta por una zona de amortiguamiento de 107,991 hectáreas y dos zonas núcleo que suman 36,518 hectáreas.
Pero también se considera un área de influencia en la estrategia de conservación de otras 124 mil hectáreas.
Según el último reporte de la SEDENA, hasta el momento se han consumido 300 hectáreas por el incendio forestal.
En conjunto, la zona abarca los municipios de Gómez Farías, Llera, Jaumave y Ocampo.
Esta reserva es muy apreciada por los especialistas y conservacionistas por la gran variedad de flora y fauna que ahí se localiza.
En cuanto a la vegetación hay bosque tropical subperennifolio, bosque tropical subcaducifolio, bosque tropical caducifolio, bosque espinoso, matorral xerófilo, pastizal, bosque de encinos, bosque de coníferas, bosque mesófilo de montaña, vegetación riparia y acuática, cuyas características climatológicas y de suelo le confieren esa gran diversidad florística, existiendo 1618 especies registradas, lo que le otorga un gran valor por su amplia biodiversidad, además de las 562 especies de hongos presentes en el área.
Respecto a la fauna silvestre, la Reserva cuenta con un registro de 572 vertebrados terrestres, de los
cuales 28 corresponden a anfibios, 68 a reptiles, 386 a aves y 100 a mamíferos. En cuanto a invertebrados existe un registro de aproximadamente 900 especies de los grupos de las chinches, escarabajos, avispas y hormigas.
Entre los animales más emblemáticos de la reserva están el jaguar, gato montés y ocelote.
En el 2013 se aprobó una actualización del programa de manejo de área ecológica.
Entre otras cosas, en la zona núcleo, la más importante de la reserva está prohibido por completo el desarrollo de obra pública o privada o actividades que afecten los flujos y ciclos naturales, salvo las estrictamente necesarias para su acondicionamiento, conservación y desarrollo.
Tampoco se permite el aprovechamiento de los recursos renovables y no renovables.
Está prohibido:
• El derrame de residuos contaminantes.
• La colecta, extracción, caza, captura y destrucción de las especies de flora y fauna silvestres, salvo
aquellas colectas científicas autorizadas por las autoridades correspondientes.
• La introducción de ganado.
• La introducción de otras especies exóticas de flora y fauna.
• El desarrollo de actividades mineras, de cualquier tipo.
• La creación de nuevos asentamientos humanos.
• La construcción de infraestructura turística.
Por Staff
Expreso-La Razón