MÉXICO.- Los restos de una vivienda azteca, ofrendas y una escultura de un hombre con maxtlatl o taparrabo, así como vestigios de los baños públicos “Las delicias”, a los que asistía la gente pudiente del siglo XIX, fueron localizados por arqueólogos mexicanos durante la modernización de la Subestación de Energía Eléctrica de Alta Tensión Buen Tono, en la colonia Centro de Ciudad de México.
Un equipo de 15 arqueólogos de la dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, junto con medio centenar de trabajadores, exploraron dos y media hectáreas del predio, donde se construyen las nuevas instalaciones para transformadores del Sistema de Transporte Colectivo Metro, por parte de la Comisión Federal de Electricidad.
Alicia Bracamontes Cruz, responsable del salvamento arqueológico, detalló que en la época prehispánica el predio se hallaba en los límites de dos barrios Yopico y Teocaltitlan, dentro de la parcialidad de Moyotlan, una de los cuatro barrios chinamperos que integraban Tenochtitlan.
La vivienda mexica se distribuye a lo largo de 400 m². Bajo los pisos de adobe de 11 a 15 centímetros de grosor, se encontró un par de vasijas funerarias —de los tipos Rojo Texcoco y Canal Café Monocromo— que contienen restos óseos de infantes y un par de entierros asociados con una ofrenda de incensarios, malacates y herramientas para hilar.
También se ubicó una escultura en piedra del Posclásico Tardío, de 60 cm de alto, orientada al este y que representa a un hombre con maxtlatl o taparrabo, en posición de lanzar algo. La falta de pulimento en el cuerpo indica que fue inacabada y se especula que la ocultaron intencionalmente en la época del contacto español, a partir de 1521 d.C., para lo cual rompieron tres apisonados de barro.
Del asentamiento colonial que siguió en los siglos XVI y XVII sobresalen restos de muros, de 50 cm de ancho, elaborados con piedras unidas con lodo, los cuales daban acceso a cuatro habitaciones y a un patio.
Los descubrimientos se ubican en la actual calle de Delicias y su intersección con Buen Tono. Los especialistas también localizaron, muy posiblemente, restos de los baños públicos “Las delicias” que ahí se ubicaron en el siglo XIX, según crónicas de José María Marroquí, y que dieron nombre a la calle.
La arqueóloga Bracamontes Cruz sostuvo que la hipótesis se basa en el hallazgo de pisos de baldosas de baños con grandes coladeras y un sistema de desagüe bien construido, en el área noreste de lo que será la nueva subestación.
En la parte sur, donde estará el edificio de transformadores, se ubicaron cuatro tramos con placas de concreto armado, de 8 por 8 m y 30 cm de espesor, que mostraban en superficie materiales térmicos expuestos a altas temperaturas, posiblemente en hornos; y una serie de materiales constructivos de hechura nacional y europea.
“Las delicias” se encontraba en un área circundada por abundantes vías de agua, como lo confirma el hallazgo de canales que corren de norte a sur y de este a oeste.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO