TAMAULIPAS.- Con la mirada del país puesta sobre el estado, hoy se desarrollará una elección inédita por varios motivos, el más importante es que se trata de la contienda más tensa de la historia moderna, por los niveles de confrontación que se alcanzaron durante los últimos dos meses.
Es verdad que Tamaulipas se ha acostumbrado a ejercer la democracia en ambientes de violencia. Históricamente, la entidad ha sido campo de batallas criminales y una cruenta lucha por el poder que dejó -ni más ni menos- el asesinato de un candidato, virtual ganador de la elección del 2010.
Pero también es cierto que hasta hace seis años a este rincón del país no había llegado la alternancia en el gobierno estatal. La competencia real por el poder es una práctica relativamente nueva.
Llegamos a la elección de hoy después de una campaña que en los últimos días alcanzó el clímax de la polarización, con el enfrentamiento entre dos proyectos políticos que ven en Tamaulipas un bastión insustituible.
Esto tiene una explicación.
De los seis estados que hacen frontera con Estados Unidos, éste es el que cuenta con más puentes internacionales, 17 desplegados en una franja de 561 kilómetros donde están asentados nueve municipios, tres de ellos -al menos- fundamentales para el comercio exterior de la República Mexicana: Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.
De todas las aduanas del país, la de Nuevo Laredo es por mucho la más importante. Por ahí entra y sale hasta el 30% de la carga terrestre entre Estados Unidos y México, con importaciones y exportaciones que rebasan los 4 billones de pesos al año.
No muy lejos de ahí está la Cuenca de Burgos, una región geológica de más de 73,800 kilómetros cuadrados que cuenta con la reserva de gas más importante del territorio nacional.
Se le calculan 393 billones de pies cúbicos de gas shale y 6.3 millones de barriles de crudo no convencional. A pesar de no haber sido explotado todo su potencial, ahí se produce el 61 por ciento del gas natural no asociado del país y en los últimos años se han llegado a invertir hasta 7 mil millones de dólares.
Tamaulipas también tiene en su litoral dos puertos de altura, situados entre los que mueven más carga del país.
Altamira cerró el 2021 con un movimiento de 21.7 millones de toneladas a todo el mundo; y Tampico con 7.9 millones de toneladas.
Un tercero, aún en fase de consolidación, fue planeado específicamente para dar servicio a las compañías que exploran y buscan explotar el hidrocarburo del Cinturón de Plegado Perdido, frente a las costas de Matamoros.
Es decir, en términos geográficos, Tamaulipas es quizás la puerta al mundo más importante que tiene México.
Y en estos casos está prohibido ser ingenuos: la posición geográfica del estado despierta desde hace décadas el apetito de las bandas delictivas que lo ven como una plaza prioritaria para sus negocios.
Por la frontera no solo cruza el comercio legal, el tráfico de personas, por ejemplo, se ha convertido en uno de los negocios más redituables para el crimen organizado, que ha convertido la Ribereña en el punto más crítico de la migración clandestina en el continente.
La otra gran industria ilegal que se erigido en la región es el del llamado huachicol, que dejó de ser la simple ordeña de ductos para convertirse en una aceitada maquinaria de evasión fiscal que penetra todas las aduanas.
Y mientras evolucionan las estrategias de los grupos criminales, los puertos tamaulipecos siguen siendo puntos esenciales en las rutas de tráfico de drogas hacia Estados Unidos e incluso Europa.
Todo ello se traduce en miles de millones de dólares, un botín que ni las agencias de seguridad internacionales han podido cuantificar con certeza.
Por todas esas razones -las legítimas y las que juegan al margen de la ley- la elección de hoy se ha convertido en una prioridad para los dos grandes grupos políticos y económicos que se disputan el poder en el país.
Tampoco es casualidad que de las seis campañas por la gubernatura que se llevaron a cabo en el país, aquí haya sido y por mucho, donde más recursos se gastaron.
La buena noticia en medio de este contexto tan complejo y con tantos intereses de por medio, es que hoy a partir de las 8 de la mañana, cuando queden instaladas las 4,777 casillas en territorio tamaulipeco, la decisión de quién será el próximo gobernador del estado no le corresponderá a nadie más que a usted.
El futuro de Tamaulipas, otra vez, está en sus manos.