TAMAULIPAS.- Las investigaciones sobre los homicidios del periodista Antonio de la Cruz y su hija Cinthia de inicio presentan inconsistencias, pues el fiscal del estado, Irving Barrios Mojica, informó que en el lugar de los hechos se encontraron: cuatro casquillos percutidos y dos tiros útiles calibre .40 mm; afirmando que el cuerpo del reportero presentaba cuatro impactos. Pero no dijo nada en cuanto al tiro que le segó la vida a la jovencita.
Presumió que pudo haberse tratado de un solo criminal. Y que el móvil de la ejecución quizá fue por la labor periodística de Toño. Esto durante una conferencia de prensa por él ofrecida el miércoles 29 de junio.
Horas después del atentado. Al día siguiente (jueves 30), la Fiscalía General de la República (FGR) atrajo la investigación ‘por tratarse de un arma de uso exclusivo del Ejército y las fuerzas armadas’, cuya carpeta de entrada se negó a ceder la Fiscalía estatal, pero terminó entregándola por mandato legal. Desde entonces no ha habido más información sobre las pesquisas, al aducir que las mantienen en secreto para evitar su ‘entorpecimiento’.
Sobre los videos que registran las cámaras de vigilancia instaladas en la zona del atentado tampoco nadie ha hecho referencia; y eso que en esta capital (se supone) funcionan, aproximadamente, 400, durante las 24 horas del día.
Teóricamente, hace un par de días llegaron ‘investigadores especiales’ de la FGR para hacerse cargo del caso tras el fracaso de sus pares locales al servicio de la Fiscalía estatal. Sin embargo, tampoco han ofrecido avance alguno de las indagatorias practicadas hasta el momento, por lo cual es necesario que representantes del gremio sean incorporados como coadyuvantes a fin de evitar dilación al integrar el expediente.
Por parte del Gobierno federal, se supone que ya el presidente Andrés Manuel López Obrador se ocupa personalmente del caso, pues ha ofrecido que habrá justicia sea quien sea el autor intelectual. Dijo que “no hay impunidad, cero impunidad. Trátese de quien se trate, puede ser un hijo mío, para que quede más claro, y no se protege a nadie.
Así como no se fabrican delitos, también no hay impunidad; y no tenemos compromisos con grupos de intereses creados”. Al respecto, el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, nada ha opinado. Quizás por carecer de información convincente, o tal vez amparándose en la presunción de que esta dependencia es autónoma, sin que haya más autoridad que la suya en su operación.
El gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha condenado ambos homicidios y dicho que no quedarán impunes: “En mi administración siempre se ha respaldado y apoyado la libertad de expresión; y no vamos a permitir que con el crimen de Antonio de la Cruz pretendan o quieran callar al periodismo en Tamaulipas”.
Su posicionamiento fue ratificado por el secretario general de gobierno Gerardo Peña Flores, ante un nutrido grupo de periodistas que marchamos de la Plaza Hidalgo hasta el Palacio de Gobierno (jueves 30 de junio), para exigir justicia, aunque la única entidad responsable de dar con el sicario –o más si es que los hubo–, aprehenderlo(s) y llevarlo(s) a proceso judicial es, desde entonces, la FGR por la atracción del caso. Hay otras voces de políticos que ‘exigen’ justicia.
Sólo por aparecer en la palestra mediática (así lo creo), pues confirmado está que los periodistas no son santos de su devoción y hasta se encabronan porque no replicamos sus anodinas declaraciones y menos las magnificamos.
Así que, fuera de la condena expresada por Gustavo Adolfo Cárdenas Gutiérrez, quien fuera amigo y jefe de Toño por muchos años, las demás e, inclusive , no son dignas de tomarse en cuenta. Por tanto, hay que esperar, presionando desde luego, un informe cuyo contenido sea convincente, acerca de las pesquisas, por ser la única forma de quizá volver a darle crédito a las autoridades. Sobre todo, a las encargadas de procurar e impartir justicia.
GREMIO ENCABRONADO La consternación que muestra el gremio periodístico no es de ningún modo un sentimiento compartido por las autoridades gubernamentales, políticos y otros sectores corporativistas. Hay indignación. Y mucha, por los crímenes de Antonio y Cinthia de la Cruz. Igual, impotencia. Miedo, ya no, como se expresó durante la marcha del jueves anterior y sigue manifestándose a través de distintos canales informativos. Como son los audiovisuales, impresos y redes sociales.
Además, hoy la sociedad está mejor informada y es más participativa. De ahí que sus muestras de solidaridad con el gremio sean un ‘cadillo’ para las autoridades. Han transcurrido ya cuatro días del atentado.
Y todavía no han informado sobre, al menos: Qué captaron las cámaras de vigilancia; En realidad, cuántos disparos fueron impactados; Los tiros de qué arma(s) salieron: ¿pistola, revolver?; y Posibles móviles. En los días posteriores, seguramente el gremio periodístico pedirá que la FGR ofrezca detalles al respecto.
Mientras tanto nos lamentamos por la pérdida del colega, amigo de los amigos; gente buena, sencilla y trabajadora, cuyo interés siempre fueron su esposa y tres hijas. Por eso los periodistas estamos encabronados. Y repito: no bajaremos la guardia hasta el esclarecimiento convincente del atentado.
Correo: jusam_gg@hotmail.com