TAMPICO, TAMAULIPAS.- El sacrifico, perseverancia y voluntad han llevado a Jesús Alfredo Hernández Avilés a cumplir su sueño de ser jugador de segunda división profesional.
Nació en Ciudad Madero, Tamaulipas en el año 2000, pero toda su vida la ha realizado en Tamos, Veracruz.
Llega al coloso de la Unidad Nacional en transporte público para entrenar con el equipo de sus amores, el Club Deportivo y Social Tampico-Madero.
De su casa al centro de Tampico y del centro de Tampico al estadio Tamaulipas, un trayecto de aproximadamente 1:30 horas, para estar a las 7 en el entrenamiento, reconoce que es cansado pero es parte de su proceso, pero también, de su trabajo.
El transporte público es esencial para su día a día, por las mañanas y por las tardes cuando toca doble sesión; llega a su entrenamiento a dar el 200 por ciento de su esfuerzo sin pena ni vergüenza ante comentarios por no contar con vehículo propio.
“La gente siempre tiene esa ideología de que cuando eres jugador profesional estás ganando mucho, estás en tu vehículo propio, pero la realidad es que como vamos empezando tengo que transbordar”.
“Sí es algo cansado porque en la mañana tenemos entrenamiento a las 8:00, tenemos que estar a las 7:30 pero siempre con la ilusión de estar, de entrenar, de llegar temprano, de tener en mente el entrenamiento el reglamento”.
Actualmente vive solo, pero sus papás lo acompañan cada 15 días al estadio Tamaulipas, quieren verlo jugar, romperse el alma por los colores de la institución que le abrió las puertas.
Con tan solo 22 años conduce su vida con mucha responsabilidad, durante toda la semana trabaja y estudia, porque la escuela es parte fundamental de su crecimiento.
“Estoy estudiando administración de empresas en la UAT, los compañeros me dicen que me van a ver al estadio y los maestros me están apoyando para estar en el sueño, algunos lo entienden y otros no, pero ahí vamos, curso sexto semestre”, dijo.
Sus inicios en el fútbol
Desde los 15 años decidió abrirse campo en el balón pie mexicano en una escuela de fútbol llamada “Tigres Tampico”, en donde pasó tres años aprendiendo y mejorando sus habilidades.
Debido a su capacidad futbolística, a los 18 años acudió a unas visorias con el equipo de tercera división llamado “Celestes Jaibo”, para ser dirigido por el profesor “chocolate” Hernández.
“Debuté en el 2018 con ellos, estuve en un proceso de 3 años pero con el cambio nombre de con Orgullo Sur Tam, de ahí se me acaba el proceso por la edad, pero gracias a dios he estado entrenando con el equipo de expansión y desafortunadamente por la situación del cambio de franquicia ya no se pudo más”.
En ese momento su sueño comenzaba a frustrarse, al saber que el Tampico-Madero dejaba de competir en la Liga de Expansión.
Sin embargo, el ingeniero Enrique Miguel Badillo Aguilar formó un nuevo proyecto y a día de hoy compiten en la Liga Premier.
Actualmente lleva 5 partidos jugados y mas de 150 minutos disputados, sabe lo que el fútbol representa en la zona.
“Representa mucho porque siempre estado con la ilusión de estar con el equipo y poder debutar en expansión, pero ahora es una gran oportunidad haber debutado en segunda”.
Por Javier Cortés / La Razón