8 diciembre, 2025

8 diciembre, 2025

Crece riesgo de ‘cero agua’

Hace 3 años el WRI, un prestigiado organismo mundial no gubernamental, advirtió que la entidad estaba a punto de quedarse sin agua y hoy en 25 municipios se prendió el rojo del semáforo

La advertencia hace 3 años de un prestigiado organismo mundial no gubernamental, de que Tamaulipas estaba a punto de quedarse sin agua y que se enfilaba a su “día cero” que pondría fin al abasto del líquido, se cumplió está semana y en 25 de los 43 municipios encendió la luz roja del Semáforo del Cuidado del Agua.

En 2019, el estudio Atlas de Riesgo del Agua, del Instituto de Recursos Mundial (WRI), era más que una visión a través de una clara gota de agua.

Sin embargo, pese a que aún quedaba tiempo para enfrentar el pronóstico, la profecía “apocalíptica” del WRI, organismo que busca equidad y prosperidad mundial a través de la administración sostenible de los recursos naturales, fue “una voz en el desierto”.

Y el 11 de abril, el Comité de Evaluación y Seguimiento del Cuidado del Agua decidió que en lo que resta de este mes, Aldama, Burgos, Bustamante, Camargo, Cruillas, González, Guerrero, Gustavo Díaz Ordaz, Jaumave, Jiménez, Matamoros, Méndez, Mier, Miguel Alemán, Miquihuana, Nuevo Laredo, Palmillas, Reynosa, Río Bravo, San Carlos, San Fernando, San Nicolás, Tula, Valle Hermoso y Victoria se mantendrán en rojo por “la baja disponibilidad del vital líquido que pone en riesgo o restringe algunas actividades de los usuarios”.

El rojo no significa otra cosa que escasez de agua. Otros 14, Abasolo, Antiguo Morelos, Villa de Casas, Gómez Farías, Güémez, Hidalgo, Llera, Mainero, Nuevo Morelos, Ocampo, Padilla, Soto la Marina, Villagrán, Xicoténcatl quedarán en color amarillo, con disponibilidad de agua media y que “compromete algunas actividades de los usuarios”.

Mientras que Altamira, Madero, Mante y Tampico gozarán del verde, “disponibilidad de agua alta, suficiente y sin riesgo para las actividades” de la ciudadanía.

Peor estreno -en menos de un mes- no pudo tener el Semáforo del Cuidado del Agua en Tamaulipas que presentó la Dirección General de la Comisión Estatal del Agua de Tamaulipas, el 22 de marzo, en el mero Día Mundial del Agua.

El semáforo rebasó la afirmación del Atlas de Riesgo del WRI de que Valle Hermoso, Río Bravo, Hidalgo, Padilla, Jiménez, Abasolo, Güémez y Tula habían alcanzado un nivel peligroso en la escala de estrés hídrico, medición que considera extracciones totales del líquido y reservas renovables de agua superficial y subterránea disponibles. Y que Tamaulipas estaba entre los 15 estados con grave riesgo de quedarse sin una gota de agua que repartir a su población.

Lo ubicó junto a Nuevo León, Chihuahua, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Hidalgo, Guanajuato, la Ciudad de México, Estado de México, Morelos, Querétaro, Tlaxcala y Zacatecas.

“El estrés hídrico es la mayor crisis de la que nadie habla. Sus consecuencias están a la vista de todos en forma de inseguridad alimentaria, conflictos bélicos, migraciones e inestabilidad financiera”, alertó el presidente y director ejecutivo del WRI, Andrew Steer.

Expertos en el tema mundial afirman que “más de mil millones de personas viven en regiones donde hay escasez de agua, y hasta 3 mil 500 millones de personas podrían sufrir la escasez de agua en 2025” y entre ellos ahora están los tamaulipecos.

UNA GOTA PARA UNA CRISIS DE CASI 50 AÑOS

Las recientes lluvias en la entidad acumularon de 51.7 a 72.5 milímetros, sin que ayuden a que presas y ríos registren importantes escurrimientos, reconoció director general de la Comisión Estatal del Agua de Tamaulipas (CEAT), Raúl Quiroga Álvarez.

Hasta el 11 de abril, las presas internacionales La Amistad almacenaba 727 millones de metros cúbicos del líquido y la Falcón 145; las estatales Marte R. Gómez, 383; “Vicente Guerrero”, 531, un 14 por ciento de su capacidad; la “Ramiro Caballero”, 236, al 42 por ciento; “Emilio Portes Gil”, 58, un 25 por ciento y el sistema lagunario de Tampico, 538, un 80 por ciento.

La crisis de falta de agua trascendió las fronteras y el periódico español El País informó el 3 de marzo que “La peor sequía en 40 años ahoga a Tamaulipas”.

Destacó los 35 grados centígrados que padecen los tamaulipecos y que abonan a la emergencia y el 17.6 por ciento de acopio de agua que tenía la presea “Vicente Guerrero”.

“Desde hace 23 años no había tan poca agua en su embalse, en el cual caben hasta 3 mil 910 hectómetros cúbicos de agua”. Refería que el Monitor de Sequía de México, del Servicio Meteorológico Nacional, señalaba “sequía extrema en Tamaulipas, Nuevo León, Michoacán e Hidalgo.

Pero Tamaulipas es la entidad que más sufre la falta de agua: 84 por ciento de su territorio se encuentra en sequía”. Hoy se encamina al 100 por ciento con gran velocidad.

Colonias de la capital Ciudad Victoria, agricultores y ganaderos de la zona centro de la entidad ya son damnificados por la “ola seca”.

Con esta aumentaron los incendios en la región, atribuyó la capitalina Coordinación Municipal de Protección Civil.

En medio de la crisis, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal anunció y puso en marcha el bombardeo de nubes para provocar lluvias.

Es un programa emergente por “convenio de colaboración entre el Gobierno del estado de Tamaulipas y la Comisión Nacional de Zonas Áridas, lo haremos con vuelos para la estimulación de lluvia”, declaró.

Por su parte el alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattás, llamó a principios de marzo a los más de 300 mil victorenses a encomendarse a alguna divinidad y suplicar por que haya agua sobre la capital.

“Hay que hacer oración para pedirle a Dios que nos llueva, que nos caiga una tormenta como en el 2001, que los ríos corran agua y que suban los mantos acuíferos”, invitó en un video publicado en su cuenta de Twitter. Y el “Colectivo Agua” convocó a la ciudadanía a la jornada Canto al agua, el 22 de marzo, en el lecho del río San Marcos.

“Cantamos como una oración, para honrarla y agradecerle, para pedir perdón por la inconsciencia del ser humano, para que siga fluyendo limpia y albergando vida”, se pronunció el colectivo.

La comunidad católica, encabezada por el obispo de la Diócesis de Victoria, Oscar Efraín Tamez Villarreal, y pastores de diferentes congregaciones evangélicas, también rezarían y orarían “para pedir que llueva”.

En este mes la respuesta desde el cielo son unas cuantas lluvias sobre la región y la frontera norte, frente a una sequía que ya afectaba desde el 31 de enero de 2022 al 81.9 por ciento del territorio nacional.

EL ESLABÓN MÁS DÉBIL

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reprochó en esa fecha que 2 mil 500 municipios en la República mexicana son el eslabón más débil frente a la escasez y mala gestión del agua.

Los 25 tamaulipecos en luz roja lo confirman. En voz de su coordinador de Energía y Medio Ambiente, Óscar Ocampo, el organismo urgió a que las localidades sean funcionales y los municipios sostenibles en sus finanzas. “Al final del día el municipio no tiene incentivos para medir correctamente o atender las fugas de manera correcta, en este punto existe la tecnología para detectarlas antes de que se vuelvan un tema mayor…estos son los dos grandes problemas cuyo origen es la falta de financiamiento y los incentivos políticos”, argumentó.

El análisis del IMCO, Aguas en México, ¿escasez o mala gestión, documentó que en 1960 la disponibilidad anual por habitante era de 10 mil metros cúbicos en promedio, para el 2000 fue de 4 mil y para el 2022 era de 3 mil 200.

“El deterioro y explotación de los cuerpos de agua, sumado al aumento de la población y al incremento de las sequías, provocará que para 2030, la disponibilidad en México descienda por debajo de los 3 mil metros cúbicos por habitante al año”, alertó.

Además del tema del consumo humano, “en la medida de que no podamos garantizar agua estamos perdiendo posibilidad para atraer y retener inversiones en este País…de no tomar cartas en el asunto en el mediano plazo es un riesgo real, perderíamos inversiones en estos estados industriales y manufactureros del país” como Tamaulipas, subrayó el documento.

Entidad en la que la “sequía extrema aumentó ligeramente en Tamaulipas al 31 de enero de 2023”, insistió el IMCO.

FRONTERA NORTE: 35 AÑOS SIN ACCESO AL AGUA

La investigación Abasto del agua en la frontera norte de Tamaulipas, del experto Jesús Frausto Ortega, que El Colegio de la Frontera Norte, aceptó en el 18 de agosto de 2015 concluyó que “hay coberturas altas, tanto en agua potable como en drenaje, superiores a los promedios nacional y regional.

Sin embargo, aún existe población sin acceso a estos servicios en sus viviendas”. Por lo cual recomendó el Derecho Humano al Agua (DHA) “como una herramienta de gestión, que puede demandar la dotación de esos servicios”.

Crecimiento de centros urbanos fronterizos e industrial a partir del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 “presionan la demanda del recurso hídrico, que es escaso en la región”, señaló. Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Mier, Nueva Ciudad Guerrero, Camargo, Díaz Ordaz, Río Bravo, Miguel Alemán y Valle Hermoso “enfrentan constantes retos para el suministro del agua”.

Y no es nuevo que las fuentes de abasto en la entidad se están agotando por la falta de lluvias y el intenso calor en la región.

Además, “en 1990, la zona contaba con 1 millón 15 mil 567 habitantes; hoy (2015) la población alcanza 1 millón 730 mil 508 personas.

Nuevo Laredo, Matamoros, Reynosa y Río Bravo concentran una población de 1 millón 600 mil 376 habitantes, que representan 92 por ciento de los residentes de esta región fronteriza”.

La investigación analizó datos de 1990 a 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre otros.

El panorama en el norte del Estado no es muy distinto del que ahora se vive por ejemplo en Victoria, donde a partir de este semana se explorarán 2 de 10 pozos donde hay agua, ubicados en la Sierra Madre Oriental, uno en el Cañón del Novillo, y otro por definirse su ubicación, informó la CEAT.

La búsqueda de ese preciado tesoro tiene el objetivo de cumplir a los tamaulipecos capitalinos su Derecho Humano al Agua y de frenar la amenaza nada exagerada…de que “mueran de sed”. Una lluvia que se precipitó la tarde de este sábado sobre Victoria parecía alentar de última hora esa difícil misión.

POR MAGDIEL HERNÁNDEZ

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